Negocios

Álvaro Cedeño: Tarea o proceso

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Nos despertamos y sabemos que tenemos que ir a correr o a caminar por una hora. Eso nos parece una tarea tan grande que invita a darle espacio a la tentación de seguir durmiendo. O vemos en nuestra mente las veinte páginas de ese capítulo que debemos estudiar, y que ya durante el capítulo anterior, empezamos a imaginar que es muy arduo. Nuestros mecanismos cerebrales asocian esa tarea, o la fantasía que nos hacemos de ella, con el displacer y acciona más o menos de la misma forma en que acciona cuando nos quemamos con un objeto caliente: nos alejamos velozmente y decimos una palabrota. Así ha quedado establecido un vínculo de aversión o rechazo a la tarea que debemos realizar.








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