Washington. EFE. La mayoría de los miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos (banco central) se inclinan por reducir el multimillonario programa de estímulo monetario antes de fin de año, pero no coinciden en el momento oportuno para comenzar la retirada, según las actas de su última reunión publicadas ayer miércoles.
“Casi todos los participantes confirmaron que estaban en términos generales de acuerdo” con la moderación del ritmo de compra de bonos “ más adelante en el año” , dicen los registros de la reunión del 31 de julio sobre política monetaria.
Aun así, “unos pocos miembros subrayaron la importancia de ser pacientes y evaluar información adicional sobre la economía antes de decidir aplicar cambios” al programa de estímulo monetario.
Mientras que “otros” dijeron que “puede que pronto sea necesario moderar algo el ritmo de compra de activos” , lo que da a entender las opiniones mixtas sobre este aspecto que aún persisten dentro del banco central estadounidense.
El programa de compra mensual de unos $85.000 millones en bonos del Tesoro y títulos hipotecarios fue puesto en marcha a mediados del 2012 para apoyar la tibia recuperación económica en EE. UU., después de la crisis financiera.
Señales. La posibilidad de iniciar la retirada gradual del programa antes de finales de año fue adelantada en junio, por primera vez, por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, a la vez que mantuvo la prudencia al precisar que primero deberían consolidarse las señales de mejora económica en Estados Unidos.
En su reunión, los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, que dirigen la política monetaria del país, reiteraron sus pronósticos de un “mayor fortalecimiento” económico en la segunda mitad de 2013.
Sin embargo, “un grupo” se mostró “menos confiado” que en su encuentro de junio debido al alza de los precios del petróleo, la desaceleración de los mercados de exportaciones de EE.UU. y la subida de las hipotecas.
En su última actualización de las previsiones, también en junio, el banco central estadounidense ubicó los pronósticos de expansión del producto interior bruto (PIB) de EE. UU. en un rango entre el 2,3% y el 2,6% para 2013.
Los datos más recientes, de finales de julio, son algo más bajos. El ritmo de crecimiento de la economía estadounidense fue de un 1,7% en el segundo trimestre del año, ligeramente por encima del 1,1% registrado en el primer trimestre.
Las actas, que se publican tres semanas después del encuentro, no reflejan que en el seno de la Reserva Federal haya intención de modificar su compromiso de mantener la tasa de interés de referencia por debajo del 0,25%–donde ha estado desde diciembre de 2008– hasta que el índice de desempleo baje a alrededor del 6,5%.
Pese a un progresivo descenso en la tasa de desempleo en los últimos meses, el índice cerró julio en el 7,4%, aun por encima del umbral marcado por el banco central.
Los mercados esperaban con atención cualquier indicio que apuntara al fin de la política monetaria extraordinariamente generosa puesta en marcha por la Reserva. Reaccionaron en principio a la baja tras la publicación y luego se recuperaron ligeramente.