Los banqueros deben usar en su actividad herramientas para escoger a los mejores pagadores o deudores. Entre ellas, analizan las cinco “c” del crédito:
Capacidad de pago. Se refiere a que la empresa o persona puede o demuestra suficientes ingresos para enfrentar las cuotas de amortización e intereses sin problema.
Condiciones económicas . Son condiciones externas propias del entorno que hacen que las amenazas o riesgos ajenos al deudor se vean incrementados. Entre ellas la situación de los macroprecios (inflación, tipo de cambio, tasas de interés), así como el crecimiento económico, generación de empleo y estabilidad política y social.
Capital. Se refiere a los recursos, propiedad del deudor, que han sido invertidos en el negocio (patrimonio) o los bienes y propiedades de los que dispone la persona para, eventualmente, usarlos en caso de dificultades de pago por una reducción en la generación de ingresos, incluso por una situación de desempleo temporal.
Colateral. Es lo que se conoce como la garantía del crédito. En caso que haya incumplimiento de pago de qué activos o recursos dispone el banco para que sean liquidados y, con ello, recuperar las deudas. Sin embargo, una de las máximas de la banca es que no deben sustentarse las decisiones de aprobación de crédito solo en función del colateral o la garantía.
Carácter. Se refiere a las cualidades e historial de honorabilidad y solvencia moral que tiene el deudor para responder por su crédito. Es lo que nuestros abuelos describían como “el pelo del bigote” para resaltar que era tal la confianza en el honor y responsabilidad del deudor, que era muy poco probable que una persona o empresa con reputación dejase de atender sus créditos.
En los últimos meses, los banqueros han estado sufriendo especialmente por el tema del carácter, pues tal parece que un porcentaje de empresarios dejaron de cuidar su reputación y en asocio con algunas firmas de contaduría pública, han falseado estados financieros u ocultado la verdadera dimensión de sus deudas, con lo cual se están generando pérdidas millonarias en perjuicio de la colectividad.
De ahí la importancia de que nuestras autoridades y gremios actúen de inmediato para atacar las causas que están provocando esta situación, y de exigir a nuestros bancos, análisis de las cinco “c” más profundos, para minimizar la probabilidad de incumplimiento de pago.