¿Considera que este cambio en Costa Rica hacia los servicios es rápido o no? ¿Qué implicaciones tiene?
Eso no es una sorpresa; es una cosa que, poco a poco, uno venía observando en la economía, pero hoy tenemos una medición mucho más certera de cuál es la realidad de la producción nuestra, y es evidente que el sistema productivo nuestro es más de servicios ahora.
”Eso, evidentemente, tiene implicaciones sobre el empleo y el sistema educativo. Ahora, ese nivel de servicios que se está generando acá requiere de un cierto conocimiento, de uno, dos o tres idiomas, conocimiento informático o, dependiendo de servicios de otros tipos, y el sistema educativo tiene que proveer los requerimientos profesionales que la economía del país está necesitando.
”Tenemos en el desempleo un problema de estructura porque no hay calce entre las capacidades que muchas personas tienen y los requerimientos más solicitados por la economía costarricense”.
¿Supo el país prepararse para esto?
El país me parece que sí se ha preparado porque en términos de telecomunicaciones, no hay duda de que el sistema ha sido capaz de soportar y prestar un servicio apropiado a las necesidades que estas nuevas tecnologías requieren; ha habido una preparación también del personal que hoy está ahí.
”Pero, evidentemente, en la parte de desempleo, da la impresión de que este país requiere un esfuerzo de regenerar a una buena parte de población de la fuerza de trabajo para que se pueda incorporar a la producción”.