San José
La inflación de Costa Rica continuó en abril por la ruta de la aceleración que se inició en octubre del año pasado.
El mes pasado el índice de precios al consumidor aumentó 1,64% respecto al mismo mes del año anterior, un incremento mayor que el observado en marzo cuando dicho indicador fue de 1,58%.
Solo en el mes de abril, respecto a marzo, el índice de precios subió 0,15%. En ese mes, de los 315 bienes y servicios que integran la canasta de consumo, 53% aumentaron de precio, 35% disminuyeron de precio y 12% permanecieron sin variación, informó la mañana del lunes 8 de mayo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Los incrementos que más impactaron el índice en ese mes respecto a marzo (por el monto del aumento y por su importancia en el presupuesto de los hogares) fueron: servicio de electricidad, automóvil, paquetes turísticos y el aguacate. Este último subió 9,25% en solo un mes.
Por su parte, las bajas que influyeron en el indicador fueron las de la cebolla, tomate, gas licuado y papa.
La variación acumulada del indicador en el primer cuatrimestre del año fue de 0,70%.
La aceleración que muestra la inflación ya era esperada por el Banco Central, el cual prevé que ingrese este año al rango meta, entre 2% y 4%.
Según el economista Max Alberto Soto, para estos meses es de esperar que el indicador interanual suba pues está comparado con meses del año pasado donde bajó.
El expresidente del Banco Central, Francisco de Paula Gutiérrez, comentó que si bien la inflación interanual sube todavía es baja.
Añadió que los ajustes en las tasas de política monetaria que realizó el Banco Central (dos aumentos en abril) obedecen a que la tendencia que ven es que la inflación pueda seguir creciendo y que las expectativas se les empiecen a salir del 4%.
En abril, las expectativas de inflación para los próximos 12 meses, según la encuesta del Banco Central, fueron de 3,7%.
La aceleración en la inflación tiene efectos sobre otros precios e indicadores como por ejemplo, presiona al alza las tasas de interés nominales (las que se ofrecen al público), pues con la inflación se reducen los rendimientos reales (los intereses alcanzan para comprar menos).
También influye en la definición de algunos tributos, como el impuesto a los combustibles, y en el cálculo del aumento salarial.