San José.
La industria alimentaria costarricense mantiene una buena racha de exportaciones a América Central, pues el valor de las colocaciones subió en forma sostenida al comparar los primeros siete meses de cada año, desde el 2012 hasta el 2017, mientras que hacia otras regiones se presentaron altibajos.
El valor de las ventas de esa industria a América Central subió un 28% al comparar el acumulado de enero a julio del 2012 con igual periodo del 2017. En tanto, las ventas a todas las regiones se incrementaron un 15%, de acuerdo con los datos del portal estadístico de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).
Al comparar los primeros siete meses del 2012 con igual periodo del 2017, el valor de las exportaciones de esta industria a América del Norte, por ejemplo, cayó un 6%, mientras que con América del Sur bajaron 39%. Se presentó un aumento del 19% a la Unión Europea en esa comparación.
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Los datos corroboran la importancia que tiene el Istmo para estos empresarios. Entre enero y junio de este año un 43% del ingreso por la exportación de productos alimentarios se generó por las colocaciones a América Central. Un 25% del ingreso se generó de las exportaciones a América del Norte y un 16% de las compras hechas por la Unión Europea.
Por productos
Aunque el producto denominado jarabes y concentrados para la preparación de bebidas gaseadas tiene una notable relevancia en las exportaciones alimentarias a América Central (un 25% del total, en el 2016), otro subsectores tienen notable participación: salsas y preparaciones (13%); productos de panadería fina (10%), alimento para animales (6%); preparaciones y conservas de pescado, particularmente el atún (3%); y embutidos (2,3%), según los datos de Procomer.
José Manuel Hernando, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), advirtió de que el sector no se debe engañar cuando hay alta participación de materias primas en los resultados totales. Pero el valor de las exportaciones de helados, por ejemplo, pasó de $2,9 millones en siete meses del 2012 a $7,7 millones este año; el de embutidos subió de $8,3 millones a $8,8 millones; el de salsas y preparaciones de $41 millones a $53 millones y el de productos de panaderá fina de $33 millones a $43 millones.
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En general, Hernando recordó que el segundo escalón, después del mercado local, para pequeñas y medianas empresas de alimentos, sigue siendo los países de América Central.
Por eso, detalló, es que la cámara del sector mantiene como política desde hace mucho tiempo que antes de abrir mercado en países como Singapur se debe avanzar en el mercado regional del Istmo. Uno de los temas relevantes, aseguró, es el de la unión aduanera regional.