El consumo final de los hogares se mantiene con un crecimiento cercano al 4% en los últimos meses y eso ayuda a sostener el aumento de la producción.
Así se desprende de los resultados del producto interno bruto al segundo trimestre, que publicó ayer el Banco Central.
Según estos datos, el consumo final de los hogares anualizado aumentó un 3,8% en el segundo trimestre del 2015 respecto al primer trimestre del año.
Este resultado es parecido al 4% del primer trimestre del 2015 respecto al último del 2014.
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Henry Vargas, director del Departamento de Estadísticas Macroeconómicas del Banco Central, explicó que los datos anualizados (la variación de un trimestre respecto al anterior se extiende a cuatro trimestres) permiten ver lo que pasa en el corto plazo. Esta es la comparación más usada internacionalmente.
Los datos se pueden analizar en forma interanual (cada trimestre respecto al mismo periodo del año anterior), donde influye lo que pasó el año pasado.
Desde este punto de vista, el consumo de los hogares aumentó 4,18% en el primer trimestre del 2015 y 4,10% en el segundo.
Cualquiera de los indicadores muestran que el consumo de los hogares crece más que la producción.
En forma anualizada, la producción del segundo trimestre del año aumentó un 3,50% respecto al primer trimestre, y en forma internual, un 2,42%.
Para Vargas, existen dos factores que explican el hecho de que el consumo de los hogares mantenga su tasa de crecimiento por encima del aumento de la producción.
La primera es que el país se ha visto beneficiado por la baja en los precios internacionales de las materias primas importadas.
De esta forma, por cada dólar que exporta, Costa Rica puede comprar más bienes importados (una ganancia en términos de intercambio).
Esta ganancia les permite a los hogares consumir más.
El otro factor es que aunque el desempleo se mantiene alto, sí subió el número de ocupados; no obstante, no lo suficiente para satisfacer la demanda de trabajo.
Vargas explicó que, entre los bienes con más aumento en el consumo, se encuentran los productos alimenticios, vehículos, servicios de telecomunicaciones, Internet y telefonía.
Asimismo, las compras de los hogares, la inversión de las empresas y el gasto del Gobierno ayudan a impulsar la demanda interna. Por el contrario, el sector externo sigue decaído.
“Efectivamente, como se esperaba, la demanda interna es lo que está moviendo la economía. Principalmente el consumo de los hogares y el gasto de Gobierno”, comentó el economista de la firma Cefsa, José Luis Arce.
En el caso de las familias, considera que el resultado es una mezcla de la mejora en términos de intercambio por el abaratamiento de los combustibles y materias primas y, además, por la apreciación real del colón, la menor inflación y las relativamente bajas tasas de interés.
“En el futuro, creo que probablemente se debilitará la parte interna por la situación fiscal (aumento en tasas) y más bien la demanda externa empiece a moverse un poco más”, añadió Arce.