Los ingresos del Gobierno generados por el impuesto general sobre las ventas bajaron su ritmo de crecimiento a octubre pasado, en comparación con el mismo periodo del 2012.
Otros impuestos, como el de renta, el de la propiedad y el que tienen los combustibles, compensaron la pérdida y permitieron que el Ministerio de Hacienda reportara una variación del 9,7% en la recaudación de tributos.
En lo que respecta al de ventas, las cifras del acumulado en los primeros 10 meses del año reflejaron un aumento del 3,7%, porcentaje que difiere del 10,1% registrado para similar lapso del 2012.
El jerarca de Hacienda, Édgar Ayales, explicó que ese menor aumento en el impuesto de ventas puede ser explicado por una desaceleración de la economía local; es decir, la que excluye la actividad de las zonas francas.
Ayales se refirió específicamente al comportamiento que tiene la actividad económica por sectores, pues los relacionados con las compras de bienes y servicios locales, como el comercio, mostraron en los últimos meses variaciones porcentuales más bajas.
Incluso, el consumo privado de los hogares medido para el producto interno bruto (PIB) era, al término del segundo trimestre, de 3,2% en términos interanuales y con una tendencia descendente con respecto a periodos anteriores, pues había alcanzado un máximo de 4,1% a mitad del 2012.
Francisco Llobet, presidente de la Cámara de Comercio, confirmó que se trata de una tendencia a la baja en el consumo que se ha mantenido todo el año. Explicó que también se trata de una disminución en la confianza del comercio.
El economista Fernando Rodríguez coincidió en que ese debilitamiento se debe a una pérdida de confianza de los consumidores por realizar más compras de bienes.
Consideró que además refleja una estabilidad en los precios, pues se sabe que, a mayores precios, mayor a su vez el monto de la recaudación por parte de Hacienda.
Más gastos. En los resultados fiscales a octubre divulgados por las autoridades, los gastos tuvieron un crecimiento superior a los ingresos, al ubicarse en un 12,9%.
Ese ritmo llevó el déficit fiscal a un 4,1% como porcentaje del PIB, cifra que lo acerca a la meta planteada por el Banco Central de Costa Rica para el 2013, de un 5%.
No obstante, Ayales insistió en que pretende cerrar las cifras de este año por debajo del objetivo planteado por el Central.