El gasto que hacen las familias en Costa Rica bajará su ritmo de crecimiento en el 2017, de acuerdo con la proyección vigente del Banco Central de Costa Rica.
Para el próximo año, el aumento del gasto sería de 3,6%, cifra menor en 0,7 puntos porcentuales respecto a la que se espera para el 2016.
La autoridad monetaria estima que el gasto para el 2017 sea de ¢18,6 millones de millones, monto que representa el 67% del producto interno bruto (PIB) para ese mismo periodo.
Según el Departamento de Estadísticas Macroeconómicas del Banco Central, la desaceleración del gasto privado se debe a que se espera una menor demanda por servicios de información y comunicaciones.
“Según las estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones, las líneas de telefonía celular superan la cantidad de habitantes en Costa Rica en una proporción de 1,73, lo cual da cuenta de la existencia de un mercado maduro en profundidad y penetración”, explicó esta dependencia por escrito.
Una segunda razón dada por el Banco es porque se espera un aumento gradual en la tasa de interés de referencia de Estados Unidos y una economía local que excluye la posibilidad de una reforma fiscal que haría que las necesidades de financiamiento del Gobierno impacten al alza los intereses locales.
Para el economista José Luis Arce, la eventual presión sobre las tasas de interés desincentiva el consumo privado que se hace con financiamiento y por otro lado, estimula el ahorro.
Según Rodrigo Bolaños, expresidente del Banco Central, la desaceleración puede explicarse también porque ya empezaría a desaparecer el efecto de los descensos en los precios del petróleo y las materias primas, por lo que la alta intensidad de los cambios quedaría en el pasado.
La gerenta de Análisis Económicos de Scotiabank, Adriana Rodríguez, coincidió con las razones. “Esto implica que los precios del combustible (...) se ubiquen en niveles más altos a los actuales, y que el beneficio de precios bajos –que les ha permitido a los consumidores gastar en otras cosas– sea menor”, añadió.