Pekín
El crecimiento económico en China se desaceleró en el 2014 hasta niveles de 1990, según un panel de expertos que vaticina que la segunda economía mundial seguirá perdiendo fuerza en el 2015.
A la espera de la cifra oficial del Producto Interior Bruto (PIB), que se publicará este martes, un panel de 15 economistas consultados augura un crecimiento del 7,3% en el 2014, similar al 7,7% registrado en el 2013.
Esta cifras –la media de las previsiones de cada uno de los expertos– sería el peor resultado de la economía china desde 1990, el año que siguió a la represión del movimiento democrático en la plaza Tiananmen.
El freno económico debería continuar en el 2015, con un crecimiento del 7%, según los especialistas.
El gigante asiático sigue sufriendo los efectos de un mercado inmobiliario lastrado por el exceso de oferta y de la caída de las exportaciones, en el contexto de una economía mundial a la baja.
Por otra parte la demanda interna sigue siendo débil, como demuestra el casi estancamiento de las importaciones en diciembre, mientras que el nivel de deuda pública y privada, alimentada por un sistema opaco no regulado, sigue aumentando y preocupa a los observadores.
El gobierno de Pekín quería crecer cerca de un 7,5% en el 2015 pero por primera vez dese 1998 y la crisis asiática debería incumplir ese objetivo.
Sin embargo las autoridades intentan tranquilizar a los observadores. "China ha entrado en una nueva norma en términos de crecimiento, hemos puesto en marcha ajustes estructurales", dijo el viernes Li Baodong, viceministro de Relaciones Exteriores.
Todo indica que los años de crecimiento con cifras de dos dígitos forman parte del pasado y el gobierno publicita ahora sus esfuerzos para "reequilibrar" el modelo económico chino.
El objetivo es limitar el monopolio de los grupos públicos, reducir el exceso de capacidad industrial, frenar la deuda de los gobiernos locales así como los macroproyectos de infraestructuras injustificados, estimulando al mismo tiempo el consumo y el sector privado, aunque ello suponga un freno del crecimiento.
"Un menor crecimiento no es un problema si se trata de crecimiento de mejor calidad, es decir que sigue creando puestos de trabajo y reduce las desigualdades", aseguró Shen Jianguang, del banco Mizhuho.
Según el primer ministro Li Keqiang, un crecimiento del 7% no supone un riesgo para el mercado de trabajo, su prioridad, por lo que los expertos creen que el gobierno chino podría fijarse para el 2015 un objetivo del 7% del PIB.
"China podría introducir este año nuevas medidas estructurales que penalicen el crecimiento [...] en particular en los grupos estatales o para liberalizar el sistema financiero", explica Liu Li-gang, del banco ANZ.
Según Wendy Chen, de Nomura, estas reformas llevarán a un crecimiento más duradero a largo plazo pero "a corto plazo pesarán en la economía".
En el 2014 las autoridades tomaron varias medidas, como el miniplan de estímulo de principios de año o la decisión del banco central en noviembre de bajar por sorpresa las tasas de interés y llevar a cabo inyecciones de liquidez.
Pero el éxito fue limitado y, según el panel, en el cuarto trimestre (octubre-diciembre) el PIB creció un 7,2%, menos que el 7,3% del trimestre anterior.
En el 2015 el gobierno debería seguir aplicando medidas similares. El viernes el banco central anunció un aumento de las cuotas para los préstamos al sector agrícola y a las pequeñas empresas.
"En un año los principales desafíos (para le economía) se han agravado", asegura Brian Jackson, un experto de IHS Economics.
Él afirma que el nivel general de deuda ha alcanzado probablemente en el 2014 el 250% del PIB, algo que, a su criterio, podría tener "consecuencias desastrosas".