El Gobierno se defendió diciendo que no había hecho nada ilegal en sus tratos con corporaciones como IKEA y Pepsi. Pero otras naciones europeas, incluida la vecina Francia, criticaron las prácticas tributarias del diminuto país, particularmente cuando ellos tienen que imponer recortes de austeridad a sus ciudadanos para lidiar con problemas financieros.
“La ‘optimización’ de impuestos –compañías que encuentran soluciones legales para no pagar gravámenes o pagar muy pocos– no es aceptable ya para ningún país”, dijo el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin. “Quiero que en pocos años no tengamos que volver a hablar de algo así”, agregó.
Los otros vecinos de Luxemburgo, Bélgica y Alemania, además de Holanda, criticaron también la práctica, que acaparó la atención ayer luego de que un grupo de reporteros investigadores presentó los documentos.