Las inversiones del ICE y de Recope ganaron peso, durante los últimos cinco años, dentro de la estructura de la deuda estatal.
Ambas empresas son el principal aporte entre el endeudamiento del sector público no financiero, el cual cerró en 8% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del 2013, según el Ministerio de Hacienda.
Sin embargo, en el 2008 representaba sólo el 5% del PIB.
Dentro de este endeudamiento se incluyen municipalidades y otros entres públicos como Acueductos y Alcantarillados, pero su aporte a la deuda estatal, el año pasado, fue de un 0,001% del PIB.
En el caso del ICE y Recope, las inversiones en nuevas plantas hidroeléctricas, en telecomunicaciones y la ampliación del almacenaje de combustible del país explican el incremento reportado.
La principal vía usada por ambos entes es la colocación de bonos de deuda dentro y fuera del país. Por ejemplo, el ICE emitió el año pasado $500 millones en bonos en el mercado externo.
Para este año, estructuró un financiamiento por $1.400 millones entre créditos, un fideicomiso y una emisión de bonos privada para construir la represa Reventazón.
“El ICE ejecuta constantemente proyectos de inversión de una magnitud importante, los cuales deben contar con estructuras de financiamientos variables que permitan un adecuado balance entre sus condiciones de costos asociados, plazos y demás variables crediticias”, recalcó Jesús Orozco, gerente de Finanzas del ICE.
En el caso de Recope, la entidad prevé emitir este año $80 millones y valora la posibilidad de colocar los bonos en el mercado centroamericano. La entidad tiene la emisión registrada en El Salvador y está en proceso de inscribirla en Panamá, reconoció Edgar Gutiérrez, gerente de Administración y Finanzas de la empresa estatal.
“Recope es riesgo cuasi-soberano, cualquier variación en el rendimiento de los valores soberanos, va a afectar el riesgo de Recope. El reto es determinar oportunidades de mercado y ventanas de tiempo”, enfatizó Gutiérrez.