El Ministerio de Hacienda propondrá un impuesto al valor agregado (IVA) con una tasa que sea baja, de 1% o 2% máximo, para rubros que considera sensibles como la canasta básica, salud y educación privadas.
Así lo explicó Fernando Rodríguez, viceministro de Hacienda, encargado de ingresos, al referirse al proyecto de ley del IVA que el Gobierno enviará en diciembre al Congreso.
“Nos estamos decantando por una tasa muy baja por dos razones: una, que permite mantener el control sobre la cadena de acreditación del impuesto y dos porque cuando los impuestos pagados por los insumos no se pueden acreditar al pago del tributo del bien final, pasan a ser parte del costo”, detalló Rodríguez.
El impuesto de ventas actual grava con un 13% los bienes, con algunas excepciones, así como una lista definida de servicios. El Gobierno mantiene la idea de dejar igual esa tarifa.
El Ejecutivo presentará un proyecto de ley para transformar este tributo en un impuesto al valor añadido, en el cual se gravan todos los bienes y servicios, pero algunos serán exonerados o se les pondría una tarifa muy baja.
El IVA es un tributo que se cobra y se paga en las etapas del proceso productivo.
Importancia de la cadena. Por lo tanto, explicó Rodríguez, si se exoneran completamente algunos bienes o servicios, se rompe la cadena, lo cual impide el control de los contribuyentes hacia atrás.
Otro problema que surge al exonerar un bien –por ejemplo, de la canasta básica–, es que los productores pagaron el tributo, pero luego no pueden cobrarlo al consumidor, así que lo asumen como un costo y terminan subiendo los precios.
El exdirector de Tributación, Adrián Torrealba recordó que en el proyecto de reforma anterior (Solidaridad Tributaria) se presentó un problema con los agricultores que venden productos exentos en la canasta básica, pues no podían cobrar el tributo al consumidor final.
“Lo que se negoció fue que los servicios que les prestaran a los agricultores tendrían una tarifa baja, del 2%”, detalló Torrealba.
El IVA genera, además, información de las ventas y los ingresos de las empresas, lo cual permite atacar la evasión del impuesto sobre la renta, pero si se exonera a un sector, ya no se pueden tener los datos.
Por ejemplo, en ámbitos como la Medicina y Odontología, un informe de la Contraloría General de la República, publicado en octubre del 2011, señaló que en el 2010, 55,2% de estos profesionales no reportaron impuesto sobre la renta, mientras que un 89,2% declaró, en promedio, ¢49.944 de impuesto.
German Morales, socio de impuestos de Deloitte, explicó que una ventaja de las tarifas bajas en sectores sensibles es la posibilidad de reducir el impacto sobre los precios. La desventaja es que así como se beneficia a sectores de bajo ingreso, también se favorece a los de alto ingreso.
Rodríguez explicó que esperan una propuesta de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep). Esa organización informó de que están en consulta con las diferentes agrupaciones asociadas para enviar el documento.
Rodríguez confirmó que remitirán la iniciativa del IVA a la Asamblea Legislativa en diciembre, y otro plan de impuesto sobre la renta, antes de marzo.
El plan del impuesto sobre la renta pretende implementar la renta global, en el cual se suman todos los ingresos y se grava una sola base, contrario al sistema cedular actual, en el que cada tipo de entrada tiene una tarifa diferente.
Uno de los temas que discute el Ministerio Hacienda es si el salario se debe incluir o no dentro de la renta global.
“Estamos valorando si el salario forma parte de la integración de la renta o se mantiene como una cédula aparte, un poco para facilitarle desde el punto de vista tributario a los asalariados”, comentó Rodríguez.
El IVA y la renta global son puntos que se trataron en reformas fiscales anteriores, que se llegaron a aprobar en primer debate, pero que luego la Sala IV declaró su proceso inconstitucional.
El economista y diputado del Partido Acción Ciudadana, Ottón Solís, hizo una propuesta al Gobierno para retomar el plan fiscal negociado en la administración de Laura Chinchilla, eliminándole y agregándole aspectos, con lo cual se presentaría un solo proyecto en enero.
No obstante, el Gobierno mantiene la idea de enviar, primero, el proyecto del IVA y luego otro plan de renta global.
Solís dijo que aunque desearía discutir un solo plan, apoyará las propuestas del Gobierno.
Añadió que en el IVA se inclinaría por pocas exoneraciones: una tarifa de 1% para áreas sensibles y subir la tasa actual del 13%, al 14% o 15%. En renta global prefiere que se incluya todo.