San José
La firma calificadora de riesgo Fitch ratificó en 'AAA' las calificaciones de riesgo a escala nacional de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) para las emisiones de la empresa estatal en Costa Rica y El Salvador. No obstante, advirtió sobre su agresivo plan de inversiones.
En su informe, Fitch respaldó la calificación dada a la empresa en el vínculo de la refinería con su propietario, el Estado costarricense.
"Recope es propiedad del Gobierno de Costa Rica, y administra el monopolio del Estado costarricense de importación, distribución, refinación y venta a granel de combustibles fósiles", señala un comunicado de la calificadora.
Además, resaltó su posición monopólica en el mercado costarricense, aspecto que le brinda estabilidad en sus ingresos y un bajo riesgo en el negocio.
"(Esto) le ha permitido desarrollar una infraestructura importante como un oleoducto, tanques y planteles de almacenamiento y una refinería con bajos niveles de apalancamiento. La empresa brinda un servicio clave para la economía y se estima que contaría con soporte del Estado en caso de requerirlo", indicó Fitch.
Empero, la calificadora también llamó la atención sobre el programa de inversiones de la entidad, que podría poner a la empresa en aprietos financieros.
"Recope tiene un agresivo plan de inversiones para los próximos años que podría debilitar el perfil financiero de la empresa en ausencia de una generación de flujos de efectivo, crecientes y ajustes de precios adecuados", indicó.
De acuerdo con la firma, el monto total a invertir en los próximos años se aproxima a $1.000 millones y tienen el objeto de incrementar la capacidad de almacenamiento y transporte de combustibles, así como reducir el riesgo de desabastecimiento del país.
Fitch también fue crítica sobre el riesgo de interferencia regulatoria y política y señala que hay "poca transparencia y claridad en los esquemas tarifarios". "Desde 2009 no ha existido una actualización del esquema tarifario", indicó.
A diciembre del 2013, Recope tenía una capacidad de almacenamiento de 3,8 millones barriles, de los cuales la mayor concentración está en Moín (64% del total).
La empresa tiene reservas de combustibles suficientes para abastecer las ventas en el país por 30 días. La meta es incrementar la capacidad de almacenamiento hasta cerca de 6,4 millones barriles a finales del 2016 y elevar las reservas hasta 60 días en los próximos cuatro años.