Las bajas tasas de interés internacionales, la abundancia de recursos y la buena calificación de riesgo que tenía, motivaron un aumento del endeudamiento externo de Costa Rica en los últimos cuatro años.
Quienes más incrementaron el saldo de sus préstamos internacionales fueron el Gobierno Central y las entidades financieras.
En general, la deuda externa total sumó $17.442 millones al último trimestre del 2013, y creció un 20% frente al mismo periodo del 2012
No obstante, dicha ventana de oportunidad se empieza a cerrar, lo cual complica la situación interna.
Por un lado, la agencia calificadora Moody’s le quitó a la deuda del Gobierno el grado de inversión y ahora Costa Rica se ubica entre los países con nivel especulativo. Con esta degradación también se hizo el ajuste hacia abajo para el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y los bancos estatales que tienen deudas en el exterior.
Además, en el mundo la liquidez se empieza a reducir con el retiro que realiza Estados Unidos de los estímulos monetarios, y ayer dio otro paso en esa dirección. Y con esta decisión se avecina un alza en las tasas de interés internacionales.
“Es imposible saber la fecha exacta en que la Reserva Federal aumentará las tasas desde el nivel cercano a cero en que han estado por años. Sin embargo, no es razonable esperar que el incremento no se produzca en el próximo año”, comentó el analista Andrés Volio.
Ahora será más caro. Banqueros y empresarios tienen claro que el acceso a los recursos externos ahora será más costoso.
“Ante una rebaja en la calificación de riesgo país, los emisores costarricenses podrían verse castigados con calificaciones menores en sus próximas revisiones, lo cual aumenta sus costos de fondeo internacional”, señaló la Cámara de Bancos en un comunicado.
“Al bajar la calificación, la percepción de riesgo país aumenta. Eso significa que las instituciones financieras o proveedores les agregarán un premio de riesgo a las empresas basadas en Costa Rica. Por ende, habrá un costo del crédito más alto para empresas nacionales, a mediano plazo”, señaló Luis Mesalles, miembro del Consejo Directivo de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep).
El impacto en cada empresa, agregó Mesalles, variará según el historial crediticio, tamaño, diversificación y situación financiera.
En el Banco de Costa Rica, el gerente, Mario Rivera, explicó que para los emisores locales como este banco, que han realizado ventas de valores en el mercado externo, la baja en la calificación significará un mayor costo del dinero en el futuro e igualmente mayor limitación en el acceso de recursos del mercado internacional.
En el Banco Nacional, el subgerente general de Riesgo y Finanzas, Bernardo Alfaro, detalló que no esperan un impacto sobre las obligaciones ya emitidas, ya que no contienen cláusulas de revisión de tasa en caso de que ocurra la degradación en la calificación de riesgo.
“Cuando venzan esos pasivos y haya que negociar las deudas, o bien cuando hagamos otra emisión de bonos internacional, podríamos tener que pagar una tasa de interés mayor”, añadió Alfaro.