Washington (AFP). El alza de los precios al consumo se aceleró marcadamente en junio en Estados Unidos, pero este súbito incremento resulta principalmente del aumento de la energía, cuya exclusión muestra por el contrario una estabilidad que facilita la tarea de reactivación de la Reserva Federal (Fed).
Según las cifras corregidas por las variaciones estacionales publicadas este miércoles por el departamento de Trabajo, los precios progresaron 0,7% en junio con relación a mayo, después de tres meses de casi estabilidad.
Este aumento es superior a las previsiones de los analistas, que contaban con una inflación de 0,6%. Se trata del avance de precios más pronunciado desde julio de 2008.
Sin embargo, los precios fueron inferiores (1,4%) en junio respecto a igual mes de 2008, mientras que la inflación se mantuvo en lo alto de la curva debido al aumento de los costos de las materias primas.
El sector energético es el que explica en gran parte el alza de los precios en junio, ya que los valores del sector crecieron 7,4%, según los datos del departamento de Trabajo.
La gasolina en particular, aumentó 17,3% con relación a mayo. Pese a todo registró una caída de 20,9% respecto a igual mes de 2008.
La inflación de base -que excluye los sectores de alimentación y energía- fue de 0,2% en junio, contra 0,1% en mayo. En base anual, su crecimiento disminuyó 0,1 puntos con relación al mes precedente, para quedar en 1,7%, lo que está conforme con el nivel esperado por las autoridades monetarias.
"Aparte de la energía, no hay razón de inquietud por una alza de los precios al consumo", estimó el economista independiente Joel Naroff.
"La inflación no desapareció, pero no es un problema (...) ciertamente (el encarecimiento) de la energía es un problema importante, pero no podemos hacer gran cosa al respecto", agregó, antes de notar que las cifras de junio "muestran que la Fed es libre de hacer lo que debe hacer para relanzar la economía".
Durante la última reunión del Comité de Política Monetaria, en junio, la Fed recordó que Estados Unidos estaba lejos de la salida de la crisis y que con el fin de mantener la actividad había que combatir la inflación.
La Reserva Federal insistió particularmente en el hecho de que espera mantener sus programas de apoyo a la economía tanto tiempo como sea necesario y dio a entender que no elevaría su tasa directriz -entre 0 y 0,25% desde diciembre- de aquí a fin de año.
Según Naroff, las cifras de la inflación publicadas este miércoles "no adelantan el momento en que la Fed deberá comenzar a ajustar su política monetaria".
Destacando que el aumento de los precios de la gasolina no alcanzó más que 5% sobre un mes a mediados de julio y que "el nivel de las capacidades no utilizadas en la economía es muy elevado", Sal Guatieri, economista de BMO Capital Markets, estimó que la ola inflacionaria de junio debería caer a partir del mes siguiente.
Es un aumento pasajero debido a factores "temporales", estimaron por su parte los economistas de IHS Global Insight en un comunicado.
Más inquietante para los estadounidenses y para la esperada recuperación, es la caída de 1,2% del salario real promedio semanal en junio con relación a mayo, que corre peligro de ser un lastre para el consumo, dijo Dean Baker, del instituto CEPR.