San Juan (Puerto Rico)
La agencia de calificación crediticia Moody's advirtió este martes que el alto endeudamiento en varias islas del Caribe y la debilidad de sus economías podría desatar una oleada de impagos de la deuda soberana.
“El Caribe se ha convertido en una de las regiones más endeudadas del planeta y se encuentra en el momento más vulnerable de su historia”, aseguró en una entrevista con Efe Elena Duggar, vicepresidenta senior de Moody’s y coautora de un informe sobre la evolución económica de la región desde 1980.
La agencia advierte de que Jamaica puede ser la siguiente isla del Caribe que sucumba a una silenciosa crisis regional de deuda que lleva treinta años gestándose, como ya lo ha hecho Puerto Rico.
Según explicó la analista, Puerto Rico –que acaba de presentar su primera propuesta a los bonistas para reestructurar gran parte de sus $72.000 millones en deuda– podría ser de momento la punta del iceberg en que se han convertido las economías del Caribe a causa de su excesivo endeudamiento.
“Es muy probable que el Caribe sufra una cuarta oleada de impagos de deuda soberana”, alertó Duggar en referencia a las vividas en los años 80 con la crisis de deuda de Latinoamérica, concentrada, sobre todo, en los países exportadores de materias primas, además de la del año 2000 y la del 2008, que afectó más a los países miembros de la Unión Monetaria del Caribe Oriental.
Los territorios que utilizan esta moneda, que nació en 1965 como sucesora del dólar de las Indias Occidentales Británicas, son Anguila, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
“Las deudas de Antigua y Barbuda (107%), Granada (107%), Barbados (103%) y en mayor medida la de Jamaica (133%) son más abultadas respecto a sus respectivos productos internos brutos (PIB)”, explicó Duggar.
En esos cuatro casos el importe de la deuda supera el del PIB (representa más del 100%), aunque en total en toda la región 12 de los 20 países caribeños estudiados por Moody’s tienen niveles de deuda superiores al 60 % del PIB.
Sin embargo, la analista destacó que el actual gobierno de Jamaica ha hecho méritos a corto plazo para evitar caer en el impago, por lo que en su opinión aún es pronto para comparar su caso con el de Puerto Rico.
“Por los pasados 15 años, Puerto Rico ha tenido el menor crecimiento del PIB de todo el Caribe”, dijo al respecto.
La deuda en este territorio, que tiene el estatus de Estado Libre Asociado a Estados Unidos, representa el 62% de su riqueza.
A Puerto Rico, le siguen Jamaica, Aruba y Bermudas como los territorios del Caribe que han reportado un crecimiento menor al 1% anual, mientras que, en el extremo contrario, Belice, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Costa Rica, Honduras y Panamá han crecido por encima del 4 % por año.
“Los niveles de deuda de Puerto Rico son en general mayores que los de los Estados de EE. UU., pero comparados con otros territorios en el Caribe son medianamente similares”, dijo Duggar.
Por ello, apuntó que es previsible que a corto o medio plazo se registren más impagos de deuda soberana en la región, algo que ha sido una tendencia recurrente en estos territorios durante los pasados años.
Según el informe de Moody’s, solo hubo tres episodios en las tres últimas décadas en que una reducción del grado de endeudamiento no estuvo acompañado de un impago en la región: Panamá entre el 2004 y el 2013; Trinidad y Tobago, entre el 2002 y el 2008; y San Cristóbal y Nieves, entre el 2005 y el 2008.
De hecho, en el informe se enfatiza que si la historia sirve de guía, es probable que ocurran más impagos en los países con mayores deudas en la región.
“En ese sentido, recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Naciones Unidas han propuesto iniciativas de alivio de deuda dirigidas a las economías medianas del Caribe”, ilustra la agencia de calificación, que alerta además del hecho de que no existen fondos de estabilización y resistencia, excepto el Mecanismo de Seguro de Riesgo para Catástrofes en el Caribe (CCRIF, en inglés).
Ello propicia que la región sea extremadamente vulnerable a factores externos como desastres naturales, crisis financieras y la volatilidad económica internacional, factores de riesgo ante una eventual recuperación, que se suman a retos socioeconómicos como la pobreza, las altas tasas de criminalidad, el desempleo y la migración.
Además, una gran partida del presupuesto fiscal de estos territorios se destina al pago de las nóminas, las pensiones y los intereses de la deuda, lo que, como ha ocurrido en Puerto Rico, limita significativamente el espacio fiscal de estos países.