Para pagar la cuenta de casi ¢2,5 billones en remuneraciones el próximo año, el Gobierno pedirá prestado un 58% de ese monto (cerca de ¢1,4 billones).
Este es el porcentaje más alto registrado en los presupuestos aprobados de los últimos 10 años y, específicamente, desde el 2013 crece a grandes pasos (en ese año fue un 40%).
Los datos provienen del proyecto de Ley de Presupuesto Ordinario del 2016 del Gobierno Central que presentó este martes el Ministerio de Hacienda a la Asamblea Legislativa, por un monto total de ¢8 billones.
El presupuesto aumenta un 2,82% respecto al plan vigente en el 2015, y un 4,78% si se excluye la amortización de la deuda, que son los pagos que se realizan de los préstamos (deuda nueva para pagar deuda vieja).
Si el plan de gastos del 2016 se ejecuta tal y como está, se generaría un déficit de 6,9% de la producción (déficit implícito).
El ministro interino de Hacienda, José Francisco Pacheco, destacó los esfuerzos por contener el crecimiento de este plan y continuó el llamado para aprobar los planes fiscales. Algunos ministerios como el de Comercio Exterior y Agricultura sufrieron fuertes recortes en su presupuesto .
Sin embargo, los diputados consideran que aún hay aspectos por revisar en materia de gasto público .
Grandes componentes. Los grandes componentes de este presupuesto, excluyendo la amortización, son: las remuneraciones (38%), las transferencias corrientes (37%) y los intereses (15%).
En el caso de las remuneraciones, crecen un 7,2% en el 2016, variación inferior a la del 2015; no obstante, por encima de la inflación proyectada del 4%.
En el incremento influye que los incentivos crecen un 9,2%.
En la exposición de motivos del proyecto, Hacienda explicó que el poco crecimiento obedece a menores aumentos por costo de vida, eliminación y congelamiento de plazas, revisión, y contención de varias subpartidas, como prohibición y tiempo extra.
“A pesar de que el Gobierno haga un esfuerzo para reducir lo poco que es flexible, eso no suma mucho, porque mientras no se toquen las partidas grandes (salarios, transferencias, intereses de la deuda), todos los indicadores seguirán deteriorándose”, comentó el economista Rodrigo Bolaños.
La exviceministra de Hacienda, Edna Camacho, opinó que el Gobierno hizo un esfuerzo de contención en el pago de horas extra, disponibilidad y dedicación exclusiva, pero no en otros incentivos.
“El financiamiento con deuda de las remuneraciones y cualquier otro tipo de gasto corriente es un problema estructural y creciente, e implica que ese gasto no va a contribuir a un mayor crecimiento económico y mayores ingresos tributarios”, detalló Camacho.
Ella resaltó que el gasto corriente se incrementa, mientras que el de capital, que incluye inversiones, decrece un 11% con respecto al plan vigente.
El otro gran componente, las transferencias, crece un 6,7%.
Estas incluyen el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) y el pago de pensiones con cargo al Presupuesto Nacional.
Para intereses y comisiones, se prevé un aumento del 3%, considerado por Bolaños como una proyección muy optimista.
“En la deuda interna suponen que la tasa de interés baja un poco. Eso sin $1.000 millones en eurobonos en el 2016, y a vista del inicio de la subida del FED (banco central de Estados Unidos); y que le sumarán por lo menos siete puntos del PIB (producto interno bruto) a la deuda, por el déficit”, señaló Bolaños.
No fue posible una opinión de Hacienda sobre este punto.