El nuevo Gobierno mantuvo el impulso a la inversión en obra pública que se inició en la recta final de la administración pasada.
En los primeros siete meses de este año –dos de los cuales están dentro del mandato del presidente Luis Guillermo Solís– la administración central gastó en este tipo de proyectos cerca de ¢248.000 millones, un 50% más respecto al mismo periodo del año anterior.
La inversión del Gobierno Central en obras es pequeña respecto al total de los gastos, pero ha ganado terreno. En los primeros siete meses del 2013, el gasto de capital, como se le conoce, representó un 6% de las erogaciones totales, y en el 2014 subió a un 8,5%.
Además, en el presupuesto del 2015 también se prevé un aumento en este renglón, de 12%.
Lo que más crece para el próximo año son las “instalaciones”, lo cual incluye la construcción, adición y mejoras por contrato de proyectos para telecomunicaciones, electricidad, acueductos y alcantarillados pluvial y sanitario, oleoductos y depósitos, y obras de riego, entre otros.
Impulso. El viceministro de Hacienda encargado del gasto, José Francisco Pacheco, explicó que es una prioridad del Gobierno incrementar la obra pública para impulsar la economía, aunque, reconoce, este no es el único objetivo.
“La obra pública, la infraestructura tiene efectos importantes sobre el crecimiento. De manera directa porque cuando se hace el gasto se pone a la gente a trabajar, y de manera indirecta porque estaría solventando aspectos de carreteras, por ejemplo, que son importantes para toda la producción del país”, explicó Pacheco.
Dos ejemplos de obras en las cuales se invirtió en estos primeros siete meses son la ampliación a cuatro carriles de la Carretera Interamericana norte, entre Cañas y Liberia, y el recarpeteo y asfaltado en parte de la ruta 32 que comunica San José con Limón.
El investigador Miguel Gutiérrez Saxe señaló que una hipótesis sobre este crecimiento es que es típico, en tiempos de campaña electoral, aumentar este tipo de gastos para mostrar infraestructura.
En el 2015, el viceministro de Hacienda explicó que incluyeron los recursos del nuevo edificio para el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, los fondos para continuar la carretera a Bajos de Chilamate en Sarapiquí de Heredia, una transferencia al Ministerio de Justicia para la modernización de algunos módulos de la cárcel La Reforma y para obras inconclusas del proyecto Limón Ciudad Puerto.
Insuficiente. Víctor Umaña, director adjunto del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible de INCAE Business School, comentó que este esfuerzo es insuficiente.
“En términos generales, Costa Rica, en las últimas tres o cuatro décadas, ha sido un país que ha invertido poco en infraestructura y cuando uno observa los ránquines de eficiencia en el gasto, Costa Rica aparece muy abajo”, opinó.
Según el Informe Global de Competitividad 2014-2015, publicado el 2 de setiembre pasado, Costa Rica se ubica en el puesto 103 en infraestructura total, en la posición 119 en carreteras, 115 en infraestructura de puertos, 91 en ferrocarriles y en 120 en la eficiencia en el gasto del Gobierno, dentro de una lista de 144 naciones que evalúa este estudio.
Umaña llamó la atención sobre dos factores: en qué se gasta y la necesidad de la participación privada, pues en países relativamente pobres la capacidad del Gobierno de invertir es limitada.