Costa Rica es uno de los países de América Latina que más invierte en el sector social; sin embargo, los resultados están en deuda.
En el 2012, el gasto público social alcanzó ¢4,8 billones, un 21,5% de la producción del país, lo cual significa un promedio de inversión de poco más de ¢1.000.000 por persona al año.
En el país aún no se cuenta con indicadores de efectividad del gasto social. El Ministerio de Planificación está desarrollando varios proyectos.
Sin embargo, Juan Diego Trejos, investigador del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica, ha desarrollado varios estudios.
Entre ellos están: la presentación para los XXXV años de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional llamada Gasto y desarrollo social en Costa Rica: ¿qué hacer para mejorar impacto y sostenibilidad de la inversión social? ; la presentación para la Academia de Centroamérica, ¿A quién beneficia el gasto público social en Costa Rica?; y los estudios para los informes del Estado de la Nación.
Por sector. De esas investigaciones, de las cuales se extraen los datos anteriores, y de la opinión de Trejos, se desprende que la inversión en salud ha dado buenos frutos a Costa Rica, pues el país se ubica entre los que tiene más alta esperanza de vida en América Latina y el Caribe .
No obstante, según Trejos, la inversión en salud se enfrenta actualmente a problemas de sostenibilidad por disparadores de gasto, como son el crecimiento en los salarios en este sector y el envejecimiento de la población.
En educación, según la opinión de Trejos, el país ha gastado regular, pues ha invertido poco en secundaria y preescolar, lo que mantiene a Costa Rica relegada en logros en comparación con otras naciones de la región.
En pensiones, según el investigador, el país ha gastado mal, pues hay muchos recursos concentrados en pocos beneficiarios (algunos empleados públicos con regímenes especiales), y poco gasto en el resto, y con cobertura incompleta entre los que trabajan actualmente.
Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial, manifestó, en su exposición del 14 de noviembre pasado, en la sede de La Nación , que en pensiones Costa Rica tiene una buena cobertura respecto a las naciones de la región, pero inequitativa, debido, en parte, a los altos beneficios que distribuyen los regímenes contributivos con cargo al presupuesto nacional.
“En vivienda, –consideró Trejos– hemos gastado también mal, en solo construir casas, no comunidades, siguiendo intereses de empresas constructoras lo que no ha permitido la innovación tecnológica, ha encarecido el costo de la tierra y ha generado segregación entre la población y desarraigo de sus comunidades de origen”.
El ministro de Vivienda, Roy Barboza, discrepó de Trejos.
El ministro recordó que desde 1986, fecha de creación del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, hasta la fecha, se han otorgado más de 310.000 bonos de vivienda para familias de escasos recursos en su mayoría.
“Ese trabajo conjunto del sector ha sido destacado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), en su estudio Un Espacio para el Desarrollo: los Mercados de la Vivienda en América Latina y el Caribe , elaborado en el 2012, el cual colocó a Costa Rica como el país de América Latina y el Caribe, con el menor déficit habitacional, con un 18%; dato que al ser actualizado con el Censo Nacional del 2011, pasa a ser del 13,8%”, comentó.
El ministro de Planificación, Roberto Gallardo, por su parte, señaló que aunque se requieren mejoras en el sector social, el XIX Informe del Estado de la Nación explica que la política social sí tiene efectos sobre la pobreza, la distribución del ingreso y mejora las oportunidades.
Desafíos. Felipe Jaramillo, director del Banco Mundial para Centroamérica, opinó que Costa Rica tiene un desafío en mejorar la calidad de su gasto social.
“El desafío principal es cómo mejorar la calidad del servicio que recibe el ciudadano. Mejoras en la calidad de la salud y la educación pública, además, ayudarán a reforzar el compromiso de la población con la visión de país a largo plazo y facilitarán que la población contribuya a través del pago de los impuestos. Y esas mejoras en la calidad de los servicios públicos tendrán que tener lugar en un contexto de contención del gasto”, dijo.
Además, se requiere generar espacio para otros gastos también importantes, como la infraestructura, por ejemplo.
Según Trejos, otro desafío es que Costa Rica presenta el mayor problema de sostenibilidad de su gasto social, pues la totalidad de los ingresos fiscales apenas alcanzan para financiarlo.