Ankara AFP y AP El G20 considera insuficiente el crecimiento mundial, en un contexto de preocupación por la ralentización económica de China, aunque se comprometieron a coordinar su política monetaria y cambiaria.
“El crecimiento mundial está por debajo de nuestras expectativas”, se afirmó en un comunicado al final de la reunión que, durante dos días, sostuvieron los ministros de Finanzas y directores de bancos centrales de ese grupo de potencias industrializadas y emergentes.
“Nos hemos comprometido a adoptar medidas decisivas para que el crecimiento se mantenga encaminado y confiamos en que la reactivación económica se acelerará”, se añade.
El G20 prometió, además, “abstenerse de cualquier devaluación competitiva”, un mensaje para China, cuya reciente devaluación del yuan conmocionó, durante las últimas semanas, los mercados financieros mundiales.
“Reiteramos nuestro compromiso de avanzar hacia sistemas cambiarios determinados por el mercado y la flexibilidad de las tasas cambiarias”, añadió.
La directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, recalcó que el crecimiento global es “aún demasiado moderado y desigual” y que el único índice “demasiado alto es el del desempleo”.
Los países del G20 se comprometieron a “evaluar y comunicar cuidadosamente sus iniciativas, sobre todo en el contexto de decisiones importantes de política monetaria y demás, con el fin de minimizar los efectos secundarios, reducir las incertidumbres y promover la transparencia”, como claves de un crecimiento vigoroso.
El mensaje parece ir claramente dirigido a la Reserva Federal estadounidense, que mantiene en vilo a los mercados y a los países emergentes sobre la fecha en que volverá a subir los tipos de interés tras años de expansión monetaria.
Muchos mercados emergentes ven con preocupación un posible aumento de la tasa básica de interés en Estados Unidos, que llevaría a los inversores a colocar capitales en marcados seguros con la esperanza de mayores réditos que los actuales.
Un cambio de políticas. El G20 llama a los Gobiernos y a los bancos centrales a evitar el uso exclusivo de las tasas de interés como incentivo del crecimiento, al aplicar, en cambio, políticas fiscales susceptibles de apuntalar el dinamismo económico y de crear empleos.
Depender exclusivamente de instrumentos de política monetaria “no conducirá a un crecimiento equilibrado”, advierte.
El Banco Central Europeo (BCE) volvió a asegurar que no se fijaba “ningún límite” para apoyar la economía europea y, de forma general, las políticas monetarias nunca han sido tan generosas en el mundo.
En relación con China, la semana anterior, el FMI había señalado que la desaceleración del gigante asiático “parece tener en otros países repercusiones más grandes de lo imaginado previamente” .
Los problemas de China han ocasionado el desplome de los precios de materias primas como el petróleo y el cobre, poniendo en apuros a Brasil, Rusia y a otros países exportadores de materias primas.
El FMI, en su reporte de junio, pronosticó que la economía mundial crecerá 3,3% este año, con poco cambio respecto al crecimiento de 3,4% en 2014. La economía de Estados Unidos crecerá 2,5%, frente a 2,4% en 2014; la de la eurozona de 19 naciones crecerá 1,5%, casi el doble del 0,8% de 2014; y China crecerá 6,8%, abajo del 7,4% del año pasado.
Algunos economistas pronostican que el crecimiento de la economía china se desacelerará aun más, a menos de 6%.
El mercado de valores chino ha estado cayendo desde mediados de junio, y el 11 de agosto las autoridades chinas devaluaron inesperadamente la divisa de ese país, el yuan. Dijeron que estaban respondiendo a señales de inversionistas de que la divisa estaba sobrevaluada.
Pero escépticos temieron que se trató de una medida desesperada para proporcionar a los exportadores chinos una ventaja competitiva, una señal de que la economía estaba más débil de lo que todos pensaban.