París. AFP Cuando las tasas en los mercados de bonos de la zona euro tocaban máximos hacían vacilar a los Gobiernos. Ahora que alcanzan mínimos dan un respiro a las finanzas públicas, pero hacen temer nuevas burbujas especulativas.
Desde hace semanas, los rendimientos de las obligaciones alemanas, francesas, italianas, españolas y portuguesas están en niveles muy bajos, e incluso en algunos casos en valores negativos.
Se produce así esta paradoja: el comprador de un título pierde dinero para poder invertir sus fondos.
Hace dos años los inversores dudaban de la solvencia de los Estados y se deshacían de todos sus títulos. Hoy, los mismos inversores se preocupan por la fragilidad de la reactivación en la zona euro y se refugian en activos considerados más seguros: los bonos, cuya estrella absoluta es la deuda alemana.
De forma mecánica, cuanto mayor es la demanda, más altos son los precios de los instrumentos y por lo tanto menor es el rendimiento.
Los mercados tienen miedo a todo y se repliegan en valores refugio como la deuda alemana, que sigue viendo cómo disminuye su tasa y arrastra con ella todas las demás, resume René Defossez, analista del mercado de bonos de Natixis.
El otro motivo para este movimiento generalizado e inédito de esta caída se debe a las intenciones prestadas al Banco Central Europeo (BCE). Desde hace años multiplica las medidas no convencionales para mantener la economía de la eurozona a flote y ahora se especula sobre la posible puesta en marcha de un programa de compra masiva de obligaciones. Esta perspectiva refuerza la afluencia de compradores, que tienen la certeza de poder vender de nuevo sus títulos.
“El mercado ahora tiene una confianza ciega en el BCE”, dice Thibaut Prébay, director en Quilvest Gestion.
“Las especulaciones sobre el BCE no son ahora realistas. Los inversores podrían llevarse una decepción a corto plazo, considera la Société Générale-CIB.
Esta situación en el mercado de las obligaciones es sobre todo una potencial bomba de relojería.
Puede crear burbujas en otras clases de activos que se justifican por las tasas bajas, según Prébay.
Las acciones han subido mucho, las tasa inmobiliarias han bajado y el high yield (mercado de obligaciones arriesgadas pero de alto rendimiento) se comporta bien porque busca un rendimiento”, añade.
Pero si las tasas subieran claramente, sería imposible justificar el valor actual de las acciones o de otros activos, y podría producirse un movimiento de corrección.
El otro riesgo, según analistas, más indirecto, sería ver a los gobiernos financiarse a buen precio y dejarse llevar.