El presidente del BCE, Mario Draghi, calificó el plan de “necesario”, pues busca “generar grandes inyecciones de liquidez” en toda la eurozona “para evitar” el elevado riesgo de un periodo prolongado de baja inflación” y para que “prosiga la mejora de las condiciones de financiación para empresas y familias”.
El programa se prolongará hasta septiembre de 2016, con lo que su monto total superará el billón de euros, aunque la entidad se reserva la opción de acortarlo o alargarlo de acuerdo con la evolución de la inflación.
El BCE decidirá las características del programa y coordinará las adquisiciones, “salvaguardando así la unidad de la política monetaria del Eurosistema”, pero que la “implementación de las compras será descentralizada”.