El mercado de láminas de fibrocemento, encendido por el enfrentamiento entre empresas fabricantes y comercializadoras, tomó visos de incendio cuando la Comisión Nacional del Consumidor (CNC) decidió sacar de plaza a una de las marcas, por considerar que sus componentes pueden dañar la salud.
La CNC ordenó, desde el viernes 22 de marzo, confiscar todas las láminas de fibrocemento traídas de México por una compañía denominada Importadora de Materiales de Construcción (IMMACO), bajo la marca Eternit. La decisión se sustentó en una denuncia de Ricalit, la otra firma fabricante de estos materiales que vende la marca Fibrolit.
Las láminas de fibrocemento son actualmente de uso común en la construcción en Costa Rica. Se utilizan para paredes interiores o para partes exteriores expuestas a los cambios de temperatura.
En su versión, la CNC se acuerpó en que, posiblemente, las láminas traídas de México, fabricadas por la empresa Eureca, contengan partes de asbesto o amianto perjudiciales para la salud humana. Se estima que ese componente afecta el sistema respiratorio.
La CNC está autorizada por ley a sacar de la venta y decomisar las existencias de un producto si hay sospecha fehaciente de que perjudica la salud de la colectividad, aunque no se hayan practicado los análisis.
De inmediato, la CNC envió muestras de la lámina Eternit y solicitó a la Oficina Nacional de Normas y Unidades de Medidas el análisis en laboratorio del artículo congelado para comprobar si existe o no el asbesto en cantidades perjudiciales.
Mientras se recibe el resultado de las pruebas, la pugna entre empresas tomó fuerza. Carlos Incera, gerente de IMMACO, acusó de "muy mala fe" a Ricalit pues dijo que esta firma durante muchos años fabricó y vendió aquí láminas de fibrocemento que contenían Asbesto y que, por tanto, saben que en el producto final no hay riesgo de perjuicio humano.
Adujo tener los análisis del único laboratorio autorizado en el país, en los que se demuestra que las láminas Eternit no son peligrosas.
Pero Mario Solera, subgerente comercial de Ricalit, advirtió que aunque ellos no pueden ni están autorizados a decir si hay peligro para los humanos; este asunto es cuestión de interés nacional.
Denunció que los distribuidores de la otra marca se han aprovechado de toda la inversión en mercadeo de ellos para introducir su producto en plaza. Además, dijo que Ricalit hizo una gran inversión tecnológica para fabricar láminas de fibrocemento sin asbesto y que es necesario, por tanto, reglamentar este mercado.