EscucharMadrid. EFE El Gobierno español revisó su déficit fiscal del 2011 y lo elevó cuatro décimas al alza, de manera que pasó del 8,5% al 8,9% de su producción interna.
Para este año, mantuvo la previsión de reducirlo hasta el 5,3% de la producción, según informó ayer el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
España atraviesa actualmente una de sus mayores crisis económicas, lo cual agudiza la tensa situación que vive Europa.
Ayer también se informó de que el Ministerio español de Economía contrató a Goldman Sachs para realizar la valoración del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, para concretar las ayudas públicas que necesitará esa entidad.
Según la nota del Gobierno español, la desviación fiscal se debe, fundamentalmente, al aumento del déficit de la Comunidad de Madrid y de Valencia, y en menor medida a Andalucía y Castilla y León, que registraron en el 2011 desequilibrios superiores a los inicialmente anunciados.
El Gobierno español lo ha comunicado a Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea (UE), destacando que se ha identificado de una manera más correcta el déficit de las autonomías gracias al plan de pago a proveedores, “que ha supuesto una auténtica circularización de deudas pendientes”.
Según la explicación enviada a la UE, se trata de gasto registrado y pendiente de pago que no estaba incluido en la comunicación provisional de cierre de 2011 hecha el pasado mes de marzo, fecha de vencimiento del plazo de comunicación del avance provisional de las cuentas del sector público.
Hacienda detalló que los planes de ajuste de las autonomías aprobados ayer en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) ya tenían en cuenta estas desviaciones, por lo que se mantiene la previsión de alcanzar este año un déficit del 5,3% para el conjunto de las Administraciones y del 1,5% para las comunidades autónomas, como estaba previsto.
De acuerdo con la nota, con la comunicación a Eurostat el Gobierno de España se adelanta a la información definitiva que será remitida a finales de setiembre, como indica y exige el propio calendario que Eurostat aplica a todos los Estados miembros.
