Como una fortaleza, así catalogan los jugadores manudos el camerino de la Liga de Óscar Ramírez.
Sí hay algo que reconocerle al Macho, es el buen manejo que ha sabido llevar con su equipo.
Ya son cinco torneos cortos en los cuales Ramírez, el cuerpo técnico y su planilla demuestran tranquilidad fuera de la cancha.
A pesar de que se han ido muchos jugadores en los últimos dos años y medio, han sido la mayoría los que se han quedado.
Jugadores como Leandro Barrios, Alejandro Alpízar, Froylán Ledezma y Jonathan McDonald han sido ejemplos de los hombres que perdió el Macho.
Y otros como Álvaro Sánchez, Anderson Andrade y Francisco Flores son algunos de los que Ramírez ha sabido integrar muy bien con los veteranos.
Y es que una de las virtudes que ha tenido Ramírez es que ha sabido acoplar muy bien a sus pupilos nuevos con los que ya estaban.
Esto lo reconoce el volante Luis Miguel Valle, uno de los jóvenes con más experiencia de la liga.
“Desde que el profesor está hay una base de jugadores, pero lo más importante es cómo él (Ramírez) ha sabido acoplar a los nuevos”, comentó el volante manudo.
Valle además aseguró que cree que esa es una de las bases del éxito que ha tenido la gestión de Óscar Ramírez tras cinco torneos cortos.
Mucho se ha hablado de la fuerza que tiene el camerino del Herediano, por las adversidades que han pasado, pero el de los manudos no tiene nada que envidiarle.
Uno que se refirió a este tema fue el delantero Anderson Andrade, quien ha tenido la oportunidad de compartir en ambos vestuarios.
“No es tanta la diferencia entre camerinos, el nuestro también es muy fuerte. Aquí tengo muy buenos amigos así como allá también los hice”, expresó Andrade.
El delantero brasileño aseguró que se siente mucha tranquilidad en el vestuario alajuelense y que eso le ha servido para llegar a tener tan buena relación tanto con sus compañeros, como con el cuerpo técnico de la institución.