Berlín
El constructor de automóviles Volkswagen enfrentaba este jueves problemas de abastecimiento en Alemania, una nueva dificultad para el gigante alemán que se añade a las consecuencias del escándalo de los motores diésel manipulados.
En varias fábricas del grupo, entre ellas el enorme complejo de Wolfsburgo, la producción estaba fuertemente perturbada o directamente paralizada, por lo que estudia despidos temporales o una "flexibilización" de la jornada laboral en algunas secciones de la producción, según un comunicado de Volkswagen.
"Un proveedor de Volkswagen puso fin a la entrega de piezas, abonada sin embargo de manera contractual", explicó el constructor, que la semana pasada pidió a la justicia la ejecución preventiva del contrato, pero sin éxito por el momento.
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Según la agencia alemana DPA, son dos proveedores los que ponen problemas: un fabricante de piezas textiles y de cuero, y un especialista en piezas para las cajas de cambios.
El escándalo de los motores diésel trucados, que estalló hace casi un año, también sigue afectando a Volkswagen.
En una entrevista al diario regional Rheinische Post, el presidente de la asociación alemana de consumidores "vzbz" urgió de nuevo a indemnizar a los propietarios europeos de vehículos manipulados, como en Estados Unidos.
La justicia estadounidense validó recientemente un plan de indemnización de casi $15.000 millones destinado a los clientes estadounidenses del grupo.
El grupo manipuló los motores de 11 millones de vehículos en el mundo para falsificar su verdadero nivel de emisiones de gases contaminantes.