Paso Canoas. Una viaje de dos horas y media en su “camioncito”, cada 15 días, desde playa Zancudo, representa un alivio para Luis Felipe Moreno López, pues con solo comprar un diario de ¢40.000 se ahorra más de ¢15.000.
A eso se le puede añadir otro ahorro, de más de ¢10.000, al llenar el tanque con gasolina.
Lo encontramos cargando las bolsas, en la mañana del jueves pasado, a la salida del City Mall.
Dijo que muchos de sus vecinos ya hacen lo mismo. “Allá (en Zancudo) los negocios están muy caídos; venden demasiado caro y las calles están tan malas que muchos camiones no llegan a distribuir la mercadería”, aseveró.
No es de extrañar que dos o más familias se organicen para ir juntas de compras a la frontera desde sitios lejanos, como Buenos Aires, a casi 200 kilómetros.
Estas familias compran los diarios de la quincena, alguna ropa, zapatos, gas y hasta llenan el tanque del vehículo.
Minor Murillo Ruiz, dueño de los supermercados El Sol, en Buenos Aires, aseguró que en esa localidad ya es notoria la caída en ventas por ese fenómeno.
“El monstruo comercial”, como el presidente del Comité Cívico de Paso Canoas, Pablo Valle, denomina al City Mall y al Jerusalén Mall ha invertido sumas superiores a los $20 millones anuales y tiene ganancias de hasta $80 millones anuales, según ese dirigente del sur.
Los precios bajos que ofrecen estos negocios arrasan al comercio, pero beneficia a los consumidores y vendedores de comidas.
Hugo Gómez Guerrero, propietario del Rancho Burica, un bar y restaurante ubicado entre Ciudad Neily y Paso Canoas, explicó al salir de un mall panameño que la carne, hortalizas, verduras y hasta refrescos gaseosos para su negocio le salen mucho más baratos allí.
“La carne es de mucha más calidad: ellos no le van a comprar un chancho sacrificado en la casa, como es bastante usual del lado de Costa Rica”, aseveró Gómez.
En calle panameña, a la salida del Jerusalén Market, los consumidores de ese país también dijeron que les sale más barato comprar víveres en los grandes negocios.
Elizabeth Vigil, de la comunidad de Aserrío, carretera a David, a 15 minutos de Paso Canoas, nos dijo que un diario que vale entre $40 y $50 en los negocios de la frontera, le cuesta entre $60 y $70 en los negocios donde vive su familia.
Afirmó que ahora incluso viene cada semana a la frontera.
Por su parte, Fermín Chaves, de Breñón, a 45 minutos en bus desde la frontera, compró $25 en el supermercado y dijo que se ganó $5 con respecto a los precios de cualquier otro lugar cercano a donde vive.
Ticos y panameños aprovechan la situación, mientras el comercio tico parece condenado al cierre.