En las últimas dos semanas se ha desatado una fuerte controversia sobre los factores que explican la reducción de la pobreza en 1,2 puntos porcentuales según la Encuesta Nacional de Hogares 2016, y si esa disminución puede achacarse más al impacto de los programas sociales del Gobierno o a la mejora en otros ingresos de los hogares como el trabajo y las transferencias.
Por la parte del ingreso la discusión continúa y el punto final se ve lejano. Donde sí parece haber mayor consenso es en rol que la baja inflación juega en la lucha por sacar a más hogares de la miseria. Eso me hace recordar la frase que dice que la inflación es el impuesto más ingrato para quienes menos tienen.
En el 2016, el costo de la canasta de bienes que sirve para calcular la línea de pobreza cayó 1,3% respecto al 2015 como respuesta a una reducción sostenida en los precios. Así, el umbral para salir de pobre se ubicó un poco más abajo y cuando se compara con el ingreso más familias aparecen mejor en la foto.
Como dijo el investigador Miguel Gutiérrez Saxe a La Nación : salir de la pobreza no significa pasar a una situación de bienestar. Y eso es así, no solo porque superar la línea es apenas solventar las necesidades básicas, sino porque basta una desmejora en el ingreso o un aumento en el costo de la vida para revertir el progreso alcanzado.
Sin embargo, además de ayudar en el combate de la pobreza, la inflación mejoró el poder adquisitivo de los salarios pero redujo sus aumentos. El índice de salarios mínimos nominales pasó de crecimientos interanuales del 7,50%, en diciembre del 2014, a porcentajes del 1,21%, en setiembre anterior. Pese a ello hay una recuperación en los salarios mínimos reales del 1%.
La caída en la inflación provocó un aumento en las tasas reales en colones que pagan los intermediarios financieros, esto permitió que las tasas nominales se ajustaran a la baja y con ellas el costo de captar y de financiarse. Este año también premió a los dueños de vehículos pues ayudó a reducir el valor fiscal de los automotores sobre el cual se calcula el impuesto a la propiedad.
El camino recorrido desde el 2005 cuando se comenzó a implantar el esquema de metas de inflación permite la holgura para aprovechar oportunidades actuales como la caída de precios del petróleo.
La baja inflación dejó de ser el proyecto exclusivo de un Gobierno o partido político; ni siquiera le pertenece al Banco Central. Es una política de Estado que contribuye a contener el aumento desmedido en los precios, combatir la pobreza y mejorar la competitividad.
Editor de Economía de La Nación. Egresado de la Licenciatura en Periodismo de la UCR. Máster en Gerencia de Proyectos del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Ejerce el periodismo económico desde 2002. Fue redactor de medios especializados como Capitales.com y El Financiero; en este último también se desempeñó como editor en jefe.
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