Costa Rica gasta unos $790 millones anuales como consecuencia del crimen y la violencia, revela un informe del Banco Mundial (BM), que se presenta hoy, en Washington D. C.
El documento titulado
El estudio se realizó a pedido de los Gobiernos del Istmo, que están inquietos por la situación, explicaron Rodrigo Serrano y Lorena Cohan, dos de sus autores.
Según el informe, Costa Rica destina $325 millones anuales en materia de salud (atención médica, pérdida de producción y daño emocional). Otros $221 millones van a seguridad pública y Administración de Justicia y $150 millones se gastan en seguridad privada, que incluye hogares y negocios.
El informe, que utiliza información recopilada en el 2009, estima otros $94 millones en materiales o transferencias.
Costa Rica es el segundo con menos costos en la región por el crimen y la violencia (Nicaragua destina $529 millones anuales), según el documento.
Eso no implica que no sea “algo muy serio” para todos los países, advirtió Serrano.
El informe será presentado a los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en una reunión de presidentes, en junio. Será uno de los insumos para la toma de decisiones a escala centroamericana, agregó Serrano.
La cifra costarricense es menor que los $271 millones que contabiliza El Salvador (el mayor en la región), pero, de nuevo, los autores advierten del peligro del aumento de este problema en todo el Istmo.
Serrano y Cohan afirmaron que el gasto en seguridad pública y privada para toda Centroamérica llega a un 8% del producto interno bruto (PIB) regional.
El crecimiento económico anual subiría entre un 0,3% y un 1% anual, según cada país, a partir de una reducción del 10% en el índice de homicidios, según el informe.
Al consultarles a los empresarios de la región, en el 2009, cuáles son las cinco principales limitaciones para la productividad y el crecimiento, en todos los países, salvo en Costa Rica, se mencionó al crimen.
Los nacionales mencionaron, por orden de prioridad, acceso al financiamiento, inestabilidad macroeconómica, competidores informales, corrupción e impuestos.
Como fuentes del problema indicaron la fragilidad social, el narcotráfico y el alto volumen de armas en manos de la población.