Un reciente informe de la Asociación Estadounidense de Abogados de Gestión de Bancarrotas (Nacba, por sus siglas en inglés) alertó de la “bomba deudora” que suponen los créditos de los estudiantes universitarios de Estados Unidos, que en su gran mayoría deben costearse su educación con escasa ayuda del Estado.
El informe subraya un dato que la Reserva Federal de Nueva York confirmó la semana pasada: por primera vez en la historia de la primera economía mundial, el volumen de los préstamos estudiantiles supera a la deuda en tarjetas de crédito y para la compra de autos.
Los abogados indican que cada vez tienen más clientes jóvenes con problemas para devolver los préstamos con los que se costearon la universidad, que pese a tener tasas de interés más beneficiosas, alcanzan ya niveles insostenibles para un gran número de estudiantes.
Un estudiante estadounidense tiene que hacer frente a una deuda media que ronda los $20.000 en el caso de una universidad pública, mientras que en el caso de los centros privados los créditos van desde los $27.650 hasta los $33.000.
“Los ingresos de las familias, las ayudas y becas, así como la inversión del Estado en educación superior, ya no son suficientes para hacer frente al ritmo de aumento del costo de la educación universitaria”, indicó el informe de Nacba.
También agencias calificadoras como Standard & Poor’s y Moody's se han alarmado del riesgo de estallido de la burbuja que se está formando en la educación universitaria, lo que pone en riesgo valores respaldados con estos préstamos.
“Los créditos estudiantiles se han acumulado hasta tal punto que podrían convertirse en una burbuja”, dijo S & P en un informe.