El Ministerio de Economía denunció, la tarde de este lunes, que investiga el sobreprecio en agua y pañales, por parte de comerciantes de las zonas afectadas, luego del paso de la tormenta tropical Nate.
Geannina Dinarte Romero, ministra de Economía, confirmó que han recibido reportes de alzas elevadas e injustificadas del agua en la provincia de Guanacaste y de los pañales en varios puntos de Cartago.
Ante estas denuncias, el MEIC puso a disposición de la ciudadanía la línea gratuita 1-311, así como las redes sociales de la institución, para que los consumidores alerten si en su comunidad ocurren estas prácticas.
"Si los consumidores observan incrementos signicativos en los precios de los productos de primera necesidad nos pueden alertar, para hacer las verificaciones de mercado debidas. De hecho, esta semana estamos levantando una canasta de referencia sobre la que estamos armando una línea de base, para conocer cómo estaba el mercado antes del paso de la emergencia", manifestó Dinarte.
Añadió que dependiendo del reporte de la ciudadanía, así se destinará personal para atender las denuncias.
El MEIC indicó que es probable que se destinen equipos de la Dirección de Calidad, así como de la Dirección del Consumidor.
"Una especulación en momentos de crisis definitivamente resulta bastante perjudicial, no solo en términos de consumidores, sino de todo el país. Tenemos que centrarnos en atender esta situación solidariamente", dijo Dinarte.
También en un restaurante situado en el cerro de la Muerte, el MEIC identificó otro caso, el cual fue denunciado por una usuaria mediante redes sociales.
La denunciante, una universitaria de apellido Marín, señaló que durante la noche 4 de octubre en ese negocio alquilaron habitaciones en ¢8.000 por persona, las cuales no contaban con las condiciones de aseo óptimas.
Según publicó en su perfil de Facebook, esa madrugada la temperatura rondó los cinco grados y los calentadores que les dieron no servían.
También indicó en la publicación que en el comercio vendían cada casado en ¢5.000, cuando había al menos 50 personas aisladas, ya que los derrumbes les impedían seguir con su recorrido.