Tras casi tres años de estar dando tumbos por la Asamblea Legislativa, anoche fue aprobado -en primer debate- el proyecto de reformas financieras que rompe el monopolio de la banca estatal sobre las cuentas corrientes y el redescuento.
A las 9:34 p.m., 41 diputados -22 del PLN y 19 del PUSC- votaron la iniciativa en forma positiva. Nueve legisladores lo hicieron en contra. Los votos negativos fueron de los cuatro parlamentarios minoritarios y de cinco de los seis liberacionistas que integran el denominado Grupo Maicero (GM). El sexto, José Luis Velásquez, salió poco antes del plenario.
El trámite del proyecto de ley orgánica del Banco Central -conocido como reformas financieras- inició el 26 de octubre de 1992. Pero no fue hasta el martes que superó todos los obstáculos, incluso algunos surgidos a última hora.
Su aprobación se allanó luego de que los miembros del GM aceptaron ayer retirar casi todas su 30 mociones de reiteración.
Otro factor decisivo fue que el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) permitió que sus diputados votaran "a la libre" una propuesta para exonerar al Banco Popular de la obligación de encajar cuentas de ahorro.
Dicha iniciativa se aprobó a las 8:22 p.m. con seis votos socialcristianos, tres minoritarios y 27 liberacionistas.
Este fue uno de los principales compromisos que adquirió el oficialismo, el 31 de agosto, con el diputado Gerardo Trejos, de Fuerza Democrática, con el fin de que este le diera su voto al paquete tributario.
"Los acuerdos de buena fe y que tienen por único objetivo salvaguardar el interés nacional, se cumplen", dijo Trejos.
El legislador se manifestó anoche complacido de que por lo menos se incluyera esa modificación al texto, la cual además permite que el Banco Popular pueda encajar cuentas corrientes con una tasa del 15 por ciento.
Las restantes entidades financieras usarán una tasa del 30 por ciento que se irá reduciendo hasta llegar al 15 por ciento.
Además de que los bancos privados podrán acceder a las cuentas corrientes y el redescuento, el proyecto de reformas tambien ofrece beneficios a clientes, exportadores y grupos financieros.
El precio del cambio
Un ambiente de cierta amargura rondaba anoche en muchos sectores del oficialismo.
La apertura de las cuentas corrientes y el redescuento a la banca privada significó un trago amargo para algunos diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), en especial los del GM, quienes consideran que va en contra de los principios históricos de la agrupación.
Su compañero de bancada, Saúl Weisleder, afirmó que los principios ideológicos del PLN no cambian sino que se remozan.
El liberacionista Ottón Solís alegó que el Banco Popular "es el gran ganador de la reforma financiera" puesto que el proyecto le concede una serie de ventajas que no tienen el resto de los entes regulados por esta ley.
Por ejemplo, mencionó que esta entidad podrá acceder al redescuento y abrir cuentas corrientes en forma inmediata y no dentro de 10 meses, como los bancos privados. Tampoco cumplirá los requisitos fijados para recibir tales beneficios.
El socialcristiano Mario Carazo afirmó que el proyecto no debilita a la banca estatal sino que la fortalece para competir. Agregó que también incorpora instrumentos para mejorar el servicio a los costarricenses.