Los bancos estatales quisieron cumplir con los distintos mandatos gubernamentales de fomentar el desarrollo bananero, sin embargo, al hacerlo fallaron en el otorgamiento del crédito pues asumieron todo el riesgo de los proyectos.
Si bien ya desde los años 60 se financiaba la actividad, parece que en ese tiempo la suerte ayudó. El boom bananero de principios de los 90 y los posteriores problemas de precios y comercialización de la fruta se conjugaron para causar serios problemas a las empresas y con eso a los bancos.
El costo del financiamiento de la actividad bananera en estas entidades, principalmente desde 1991, suma ¢7.811 millones.
Estas son las reservas por incobrables del crédito total al sector, por ¢19.051 millones, y que -según la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF)- es "una cartera de alto riesgo y con pérdidas esperadas significativas".
"El principio de no poner los huevos en una sola canasta es prudente para los bancos que manejan fondos públicos porque se pone en riesgo la cartera de activos de la entidad y eso puede afectar a depositantes y a los contribuyentes", aseguró el presidente ejecutivo del Banco Central, Rodrigo Bolaños.
Recordó que en el pasado las deudas que nunca se pagaron al amparo de la ley de Fomento al Desarrollo Agropecuario (Fodea) se transformaron luego en mayores costos de intermediación, y con eso en intereses más altos para los créditos.
Responsabilidad
Contundentes también son los criterios del defensor de los habitantes, Rodrigo Alberto Carazo, para quien el riesgo bancario de tener concentrado en pocos deudores tanto dinero y en una sola actividad es digno de atención nacional.
Para el presidente de la República, José María Figueres, el Gobierno ha hecho mucho ("todo lo que podíamos hacer", dijo), al mejorar la participación del banano costarricense en el mercado europeo y procurar un acuerdo con los empresarios para aumentar su competitividad.
Sin embargo, para el defensor ha faltado acción del Estado pues se ha llegado a niveles de pérdidas operativas muy significativas en los bancos, cercanas a las que motivaron el cierre del Banco Anglo Costarricense (BAC).
"Con el Anglo le pasaron la factura a los habitantes; en este caso los habitantes no han sido informados del riesgo asumido en su nombre", aseveró Carazo.
Para el ministro de Comercio Exterior, José Rossi, hay que dar tiempo para que el mercado bananero internacional se ordene y que la situación nacional mejore.
"El tamaño de la cartera crediticia va en relación con la actividad", especificó. El banano es el segundo mayor generador de dólares al país y da empleo directo a casi 50.000 personas.
En su criterio, los bancos no deben retirar su apoyo a la actividad y más bien deben procurar un alivio para que las fincas se recuperen.
Reconoció que se cometió un error al financiar el ciento por ciento de algunas inversiones porque "el dueño debe poner algo".
"De cuello blanco"
El directivo del Banco Nacional Rodolfo Solano explicó que pese a que una ley de 1968 ordenaba el financiamiento total de las bananeras, la recomendación de las transnacionales bananeras es que una finca con apalancamiento superior al 50 por ciento es difícil que honre sus obligaciones y se desarrolle.
Indicó que antes de los años 90 los préstamos para la actividad se pagaron adecuadamente. Los problemas arrancaron con un exceso de producción y se agravaron con las cuotas asignadas por la Comunidad Económica Europea (CEE).
Con el boom, dijo Solano, y la facilidad para obtener créditos surgieron "los bananeros de cuello blanco, los que iban con sus botas de charol a visitar sus fincas los fines de semana".
Sobre el tema se intentó conversar con el gerente de la Corporación Bananera Nacional (CORBANA), Jorge Sauma, quien expresó mediante su secretaria no querer opinar sobre el crédito al sector.
Ayer, en carta enviada a este diario, Sauma aclaró que en documentos del Registro Público él y Mario Guardia, presidente de CORBANA, aparecen vinculados a bananera La Palma pues dicha compañía es propiedad de la Corporación.
Tampoco fue posible, tras una semana de llamadas telefónicas, conversar con el director general de la Asociación Nacional de Productores de Banano (ANAPROBAN), Luis Umaña.
Rodrigo Bolaños indicó que si bien a los bancos estatales se les ha utilizado para promover ciertas actividades y regiones, estos pueden decidir que tan viable es un proyecto, sobre todo si se financia en su totalidad.
Afirmó que los cambios en la banca estatal son urgentes para evitar que, en aras del desarrollo, se redistribuyan pérdidas en la sociedad.
Sin embargo, dijo que en los bancos deben haber personas que se opongan a esas decisiones y con facultades para hacerlo, incluso contraviniendo una directriz de alto nivel.
"La responsabilidad del Gobierno es elegir gente competente en las juntas directivas de los bancos, y las decisiones políticas que choquen con criterios técnicos se deben desterrar de la banca estatal", expresó Bolaños.
Denuncia y cautela
Unos creen que hay que dar más tiempo para que el mercado bananero se estabilice; otros previenen sobre el costo que pueden tener para todos los costarricenses las malas decisiones sobre financiamiento bananero.
Rodrigo Bolaños,
presidente ejecutivo del Banco Central
"Los bancos estatales no deben concentrar excesivamente su cartera en una actividad, y si bien deben fomentar el desarrollo no pueden hacerlo en proyectos que no son financieramente viables, sobre todo si se financia todo el proyecto."
Rodrigo Alberto Carazo,
defensor de los habitantes
"Con el cierre del Banco Anglo le pasaron la factura a los habitantes; en este caso, los habitantes no han sido informados del riesgo asumido en su nombre con el financiamiento bananero."
Jose Rossi,
ministro de Comercio Exterior
"El mercado bananero tiene futuro y ya se está ordenando, de manera que tienen que darse las condiciones de apoyo. Para los bancos, ya que la cartera bananera es muy importante; no apoyar al sector en el momento más necesario sería una mala decisión."
Rodolfo Solano,
directivo del Banco Nacional
"En 1968 una ley hizo que los bancos estatales dieran créditos de hasta el ciento por ciento de las garantías hipotecarias y prendarias. Según las transnacionales bananeras, con un apalancamiento superior al 50 por ciento, es difícil para una finca pagar los intereses y desarrollarse."