El Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) redujo en 80 personas su planilla, mediante la aplicación de la movilidad laboral y la no renovación de contratos.
La medida está dentro de un proceso de ajuste de la institución y obedece a la pérdida de negocios que generaban ingresos importantes, como la administración del Sistema de Banca para el Desarrollo (un fideicomiso), las tiendas libres del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y la oficina de cobro de impuestos ubicada en la Municipalidad de Cartago.
El gerente general de la entidad, Gerardo Porras, reconoció que solo banca para el desarrollo significaba alrededor del 50% de las utilidades del Banco. Porras llegó a su puesto en julio del 2013.
En esas condiciones, declaró el gerente general, se debe poner un freno al gasto. Hasta ahora, se logró una reducción de ¢300 millones anuales en la planilla, sin contar los gastos indirectos como agua, electricidad y teléfonos.
Las utilidades en el periodo 2013 fueron de ¢2.600 millones, pero se reducirán a la mitad solo con la salida de la banca de desarrollo, reconoció Porras.
Bancrédito ha sido objeto de ajustes en varias ocasiones e incluso de propuestas de fusión con otros bancos estatales. En el 2008 se le otorgó la administración del fideicomiso de banca de desarrollo como uno de sus pilares.
Cambio. “Bancrédito –detalló Porras– ha sido un banco que tradicionalmente se ha enfocado a negocios de recaudación y administración de fondos del Gobierno, pero esos se perdieron”. Por eso, agregó, a su llegada se propuso reformular la estrategia.
Esa nueva situación es la que exige ajustes en el personal, en un proceso que está en marcha y se tardará algún tiempo.
Dentro de la reducción de planilla se incluyen 40 empleados que estaban bajo la modalidad de contrato en las tiendas libres de impuestos del IMAS, cuya administración pasó al Banco de Costa Rica (BCR) desde abril pasado.
También están 27 personas que se acogieron a la movilidad laboral. El resto de trabajadores son de sucursales que se fusionarán o cambiarán, así como del área de fideicomisos, que estaba totalmente diseñada para atender al Sistema de Banca para el Desarrollo.
Además, se cerró la sucursal en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y la de la Municipalidad de Cartago. Las de Metrocentro (Cartago) y La Uruca se convertirán en oficinas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
En la nueva estrategia, la institución se enfocará en banca de personas, banca de pymes y banca corporativa.
Esta estructura exige cuatro puestos: una subgerencia de operaciones y tres direcciones (una para cada área). Porras explicó que solo uno de los cuatro puestos se llenó con personal de Bancrédito; los tres restantes se contrataron fuera.
Vigilantes. Francisco Abarca, secretario de la Unión de Empleados del Banco Crédito Agrícola de Cartago, dijo que, desde su llegada, el actual gerente general se enfocó en el negocio de la intermediación financiera. Reconoció que negocios con el Gobierno se perdieron porque no se les dio continuidad.
Por lo tanto, agregó, el sindicato se ha dedicado a vigilar que a la mayor cantidad posible de empleados se les reubique, pero en algunos casos no ha sido posible.
Álvaro Dengo, presidente de la Junta Directiva del Banco, explicó que el proceso de cambio se basó en un estudio de mercado que presentó la Gerencia General.
Aclaró que el Banco está bien, pero es necesario ese ajuste, el cual se pretende dejar casi concluido en junio, cuando se cambian cuatro de los siete directivos.