Carlos Luis Rodríguez, presidente de Surcoop, aseguró que la intención contra la cooperativa siempre ha sido de hacerles daño.
¿Por qué apelaron la decisión de dar dos fincas como pago de la deuda?
Sí es cierto, hay un proceso abierto.
“Banca de Desarrollo lo que ha hecho es tomar unos recursos que hemos quedado debiendo de un saldo de una condonación (de deudas ) con Finade y Reconversión Productiva.
Al no poder pagar, lo que hicieron fue ejecutar las garantías que son dos fincas y eso se dio el 20 de diciembre el año que pasó. Supuestamente eso lo compró el Inder, pero ahora está en proceso de apelación”.
¿Por qué no quieren pagar la deuda?
Esos son recursos que se nos acumuló el no pago. El tema del manejo (del dinero) no lo hicimos nosotros, o sea, nos administraron. A partir de ese momento, veníamos por debajo, pero no es que estamos obviando el pago.
“Esto fue un problema de cooperativas viejas con otro fideicomiso, del año 1991, de Corbana, BCR y el Banco Nacional. Corbana fue la que administró los proyectos y nos los entregaron sin que se hubiera pagado.
A partir de ese momento, es que hemos venido en este calvario, no es porque nosotros queremos, nos inducieron a eso”.
¿Cuánto es lo que deben en total?
El saldillo estaba por ¢4.000 millones más o menos.
¿Los terrenos en disputa se utilizan para alguna actividad productiva?
Claro, los tenemos con plátano, yuca y palma, ahí en Ciudad Neily.
“Siempre nos han molestado para hacernos daño; la intención siempre ha sido de jodernos.
El Inder, que debe sacar la bandera por los productores y proyectos, a diario nos amenaza con ejecutarnos la parte legal de la tierra”.
¿Intentaron algún arreglo de pago?
Claro, pero cuando nos entregaron los proyectos, estaban quebrados. Vamos coyol quebrado, coyol comido.