Roma. AFP. El Gobierno italiano aprobó este domingo auxiliar a dos bancos venecianos al borde de la quiebra con hasta 17.000 millones de euros, anunció oficialmente.
“El total de recursos movilizados podría llegar hasta un máximo de 17.000 millones de euros, pero el gasto inmediato para el Estado es de un poco más de 5.000 millones”, dijo el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, al término de un consejo de ministros este domingo.
En una primera etapa 4.785 millones de euros se destinarán a “mantener la capitalización y reforzar la situación patrimonial” del grupo financiero Intesa Sanpaolo, que va a retomar las actividades rentables de Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, dijo Padoan. Además otros 400 millones de euros servirán como “cobertura de garantía”.
Los cerca de 12.000 millones adicionales se utilizarán para cubrir los préstamos riesgosos que podrían no ser reembolsados, añadió.
Este auxilio “permitirá estabilizar la economía de Venecia y salvaguardar la actividad económica de los bancos venecianos”, agregó el ministro de Economía italiano.
En un comunicado publicado el viernes pasado por la noche, el ministerio de Finanzas anunció que el gobierno se reuniría durante el fin de semana para “asegurarse que las operaciones bancarias siguen operativas”, y para proteger a los depositantes y los accionistas.
“Este rescate es a favor de los clientes con cuentas corrientes, de los ahorristas (...) de los que trabajan en los bancos “, dijo por su parte el jefe de gobierno, Paolo Gentiloni.
Las autoridades de Bruselas, en tanto, anunciaron que la liquidación de los dos bancos de Venecia sería llevada a cabo por las autoridades italianas, y no a través del mecanismo europeo que aplicado en el caso del español Banco Popular.
Venta. El rescate consistirá por una parte en la venta a Intesa Sanpaolo de las actividades “sanas” de los dos bancos, “para permitir que hoy lunes puedan abrir normalmente las oficinas”, según el Corriere della Sera , principal diario italiano.
Por otra parte, el gobierno creará un “banco malo” con los créditos dudosos (con riesgo de que no se devuelvan) de ambas entidades. Varios medios de comunicación, estiman el coste de la operación para los contribuyentes italianos podría rondar los 10.000 millones de euros.
Según el periódico La Republicca, el Estado no sólo se hará cargo de los créditos dudosos sino también de la salida de entre 3.500 y 4.000 empleados, ya sea mediante despidos o prejubliaciones, de los dos bancos venecianos, pero también de Intesa San Paolo.
El miércoles pasado, el grupo bancario dijo estar dispuesto a comprar algunos de los activos de los bancos en dificultades pero con condiciones.
Los bancos italianos estuvieron en el punto de mira de los inversores y de las autoridades el año pasado, pero desde entonces mostraron señales de mejora, por ejemplo con el éxito de la política de reestructuración iniciada por UniCredit.
Las entidades venecianas son, sin embargo, uno de los principales elementos de fragilidad.