El exceso de existencias de frijoles en el mundo causa de nuevo que el precio internacional sea menor al local, lo cual dificulta la compra de la cosecha nacional por parte de la industria.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Asociación Nacional de Industriales del Frijol (Anifri) coinciden en que un quintal (46 kilos) de grano rojo del extranjero vale ¢22.000 puesto en Costa Rica, mientras que la cosecha local cuesta unos ¢33.000 el quintal.
El valor al consumidor también presenta bajas desde julio del 2014, según la medición del índice de precios al consumidor (IPC) que prepara el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La diferencia del precio local con el internacional está afectando, de nuevo (se ha presentado en diversas ocasiones), en estos primeros meses del año, la compra de la cosecha nacional 2015 del grano rojo por parte de los industrializadores.
La primera cosecha local que sale al año es la de la zona sur del país, particularmente la de algunos distritos del cantón de Pérez Zeledón. Este grano es de color rojo. La mayor cosecha de frijol negro se produce en los cantones de Upala y Los Chiles, en la zona norte, donde esta semana se inició la recolección.
En Pérez Zeledón ya se dan protestas de agricultores, quienes aseguran que la industria no quiere adquirir su cosecha o que les ofrece precios bajos.
La situación más difícil viene de hace dos semanas, lo que motivó la intervención del Gobierno y llevó a reuniones de los industriales, incluso con el presidente de la República, Luis Guillermo Solís.
El jueves pasado, el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Luis Felipe Arauz, se trasladó a San Isidro de El General, donde ofreció que el Gobierno comprará grano, y un presupuesto extraordinario, para evitar una amenaza de cierre de vías.
Tres frentes. En el escenario hay tres sectores. La industria, que gana más si compra el grano barato en el exterior ; los productores que buscan evitar pérdidas y dicen que para ello deben vender al menos a ¢33.000 el quintal, y el Gobierno, cuya participación es como mediador; este pretende evitar las protestas en las calles.
Frente a ellos están los consumidores, que demandan entre 3.800 y 4.000 toneladas de frijol al mes. Ese grano tiene un peso o ponderación de 0,55 en la medición del IPC, frente a 1,14 del arroz y a 0,83 del pan, por lo cual sigue como un producto relevante en la canasta básica de los hogares.
La producción local del grano cayó mucho , hasta el punto que ahora se obtiene apenas un 25% de la demanda. El resto se compra en el extranjero.
José Joaquín Salazar, viceministro del MAG encargado del tema de granos, aseguró que los productores de frijol están en áreas marginales donde las tierras difícilmente se pueden cambiar de uso. Por eso, agregó, es prácticamente imposible su reconversión productiva.
Alejandro Monge, director de Anifri, advirtió de que los asociados son industrias y no organizaciones de bien social. Aun así, señaló, las empresas están haciendo un esfuerzo para comprar cosecha nacional, pero no en los volúmenes de otras cosechas.