Nueva York. EFE. Wall Street lloró ayer con caídas superiores al punto porcentual por la posible pérdida de los titánicos estímulos de $85.000 millones que inyecta cada mes la FED de Estados Unidos después de que Ben Bernanke insinuase que el tijeretazo a esas compras de bonos podría llegar a finales de año.
Si la economía mejora como sugieren las perspectivas será apropiado moderar el ritmo mensual de compras a finales de año, decía el presidente del banco central estadounidense, unas palabras que rápidamente provocaban unos pronunciados descensos en el parqué neoyorquino.
Oídos sordos hicieron los inversores a las mejoras de las previsiones económicas anunciadas por la FED.
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