La estructura del sistema costarricense de normativa, aplicación y control en agricultura orgánica ya cuenta con un reconocimiento internacional.
Desde el 2003 se logró la aceptación de la Unión Europea (UE), un bloque de países donde la cultura del consumo de productos orgánicos se ha desarrollado más en el mundo y que, por tanto, tiene fuertes requisitos.
En este momento, Costa Rica exporta productos certificados como orgánicos a Estados Unidos, Japón, Canadá y algunos otros mercados, aunque la mayor parte se envía a Europa.
Así lo destacó Elizabeth Ramírez, encargada del Programa Nacional de Agricultura Orgánica y funcionaria del Servicio Fitosanitario del Estado.
Según Ramírez, el reconocimiento otorgado por la UE colocó a Costa Rica en el mapa mundial de este tipo de producción.
El país coloca banano, café, azúcar y otros productos certificados en los mercados mundiales. En algunos de ellos se paga un precio mayor en comparación con los productos tradicionales, como premio para estimular a los agricultores.
El auge de la actividad en Costa Rica se ha topado con diversos obstáculos. Incluso, el área sembrada bajó desde unas 10.682 hectáreas certificadas, en el 2004, a cerca de 7.000 hectáreas entre el 2008 y el 2009, especialmente por el golpe de la crisis económica mundial.
Se espera un lento pero firme repunte, si se juzga por el comportamiento mundial, explicó Ramírez. Recordó que a escala mundial la producción orgánica crece a un ritmo de entre 10% y 12% anual, bastante comparado con el área sembrada.