A pesar de que la cobertura de los servicios básicos en zonas rurales mejoró en los últimos once años, todavía se cuentan por miles las familias que toman agua de un pozo o utilizan letrinas.
En la zona rural, el 79% de las casas tienen agua de acueducto y un 12% la toman de un pozo, esto significa casi 37.600 viviendas.
Este es el caso de las familias de María Zamora, de Cutris de San Carlos y José Uva, de Talamanca, las cuales carecen de agua potable. Ellos deben echar mano de pozos rústicos o tomas de agua superficial.
Por este problema también pasa María Dávila, quien vive en Punta Cortés de Los Chiles; ella lava en una quebrada por carecer de agua en su vivienda.
Los servicios sanitarios de loza están en el 90% de los hogares rurales, sin embargo, un 9% aún tienen escusados de hueco, es decir, 29.137 viviendas.
Una de esas letrinas está en Guanacaste, en el barrio Martina Bustos, ubicado en las colinas de Liberia, y la usa la familia Rodríguez Condegala, compuesta por tres miembros.
Esa familia y varias decenas más hacen sus necesidades en retretes, cerca de las casas.
La electricidad es el servicio con mayor cobertura: 95% de las casas en zonas rurales lo tienen, cercano al 100% de las urbanas.
Omar Miranda, gerente general de Coopelesca, indicó que en la Zona Norte la cobertura ya es del 99%, no obstante, aún quedan algunas poblaciones fronterizas que carecen de dicho servicio. El principal obstáculo, a su juicio, es el alto costo de la construcción de la red, pues cada kilómetro de líneas cuesta unos ¢10 millones.
Colaboraron: corresponsales Carlos Hernández (Zona Norte), Ronny Jaén (Talamanca, Limón) y Carlos Vargas (Liberia, Guanacaste)