¿Por que se está afectando la actividad de cruceros?
La actividad ya bajó desde el año pasado; sí hay problemas. Mucho de lo que hemos visto es que necesitamos más empuje político, algo parecido a la respuesta de Panamá y Colombia, donde hasta el presidente (de la República) ha dicho qué necesitan para que vengan los cruceros. Hay buenos esfuerzos del ICT, de Incop y Japdeva, pero no es suficiente si tenemos falta de voluntad política a la hora de tener presencia en las ferias y en las negociaciones con las empresas. Se ha delegado todo al ICT.
¿Hay quejas por la seguridad y otros servicios?
Lo otro es poner orden en los muelles. Sentimos que hace falta seguridad en el muelle de Japdeva y en los alrededores de Limón. A la hora de sacar permisos se dan situaciones como la de un transportista que pide la licencia del CTP (Consejo del Transporte Público) para operar en muelles y se lo retienen hasta ocho meses, prácticamente una temporada (de cruceros). Otra cosa puede ser migración: tenemos un trámite bien engorroso para obtener los ‘pases cortos’. Se hace un pleito por cada persona que se tramita y en un solo crucero vienen entre 800 y 1.000 personas. Esos pases se deberían dar para plazos de tres meses.