Siempre creí que el mandato constitucional debía cumplirse y creo que el subterfugio que se utilizó (argumentando que el PIB que debía usarse no era el PIB que define el Banco Central, sino un cálculo de Hacienda) era técnicamente incorrecto e inconstitucional.
”Las dificultades reales para alcanzar y superar el 6% sí evidencian algo que he sostenido: si bien este tipo de reforma es importante en la medida en que establece un piso constitucional a la inversión educativa, estas reformas por sí mismas no son suficientes para generar los recursos necesarios para darles sustento financiero.
”Por eso, junto a una reforma constitucional que eleve el porcentaje respecto al PIB del presupuesto educativo, es indispensable una reforma tributaria que eleve los ingresos del Gobierno”.
Hemos venido mejorando la ejecución del gasto y su evaluación, pero es un proceso que todavía está incompleto.
En el MEP (Ministerio de Educación) tenemos una propuesta detallada de las necesidades de infraestructura, en la que hemos trabajado desde hace más de un año, de cara a la eventual aprobación del mecanismo de los fideicomisos para poder financiar la inversión educativa con recursos de largo plazo.
”Además, ejecutamos, con un detallado programa de escuelas y colegios a construir, los recursos del Préstamo de Equidad y Eficiencia de la Educación.
”En cuanto a las necesidades de docentes, es cierto que, por muchos años, el Ministerio ha arrastrado un complejo y confuso sistema de recursos humanos que dificulta saber exactamente cuántos maestros o profesores se tienen o se necesitan. Esto no es sencillo de resolver.
”Desde hace unos tres años se viene trabajando, en conjunto con el Ministerio de Hacienda, en un sistema completo de administración del recurso humano y de los pagos”.
Definitivamente sí. Todas las evaluaciones existentes muestran que el gasto –más bien, la inversión– educativa es altamente progresiva, tanto en términos de la inversión educativa en general como de los programas de equidad (comedores, becas, etcétera) que llegan en una proporción muy importante a los sectores medios y bajos de la población.