Zona Franca del Atlántico es el primer proyecto en su tipo que vio la luz en el Caribe, en noviembre del año pasado, a raíz de la reforma a la ley de zonas francas.
Se trata de un complejo de 10 hectáreas que se ubica en la localidad de Búfalo, en el cantón Central de Limón (a 10 km de Moín), y es desarrollado por la empresa Guanazul JRV S.A.
Según explicó su director, Richard Loeb, el proyecto se divide en dos partes: cinco hectáreas para la instalación de empresas industriales, y otras cinco para firmas dedicadas a la logística.
La primera empresa que opera bajo este régimen, en esa zona, es Servicios Integrados de Exportación y Logística (Sielsa), que se dedica al almacenamiento de frutas, verduras y otros productos, en cámaras de refrigeración.
La empresa cuenta con 3.000 metros cuadrados (m²) y una planilla inicial de 30 empleados. Loeb indicó que la firma tiene un terreno de 6.000 m² para crecer.
El ejecutivo espera que el parque albergue 12 compañías en total, entre ellas, un contact center , que genere puestos de trabajo que serían ocupados, principalmente, por jóvenes de la zona. En el mediano plazo el complejo invertiría $5 millones en obras.
Adelantó que su representada se encuentra en conversaciones para atraer nuevas empresas.
“Creemos en la zona. Queremos darles un beneficio y una oportunidad a los jóvenes que, ante la falta de oportunidades, emigran a San José. Queremos que esa mano de obra se quede en Limón”, dijo.
Álvaro Valverde, director de la Asociación de Zonas Francas (Azofras), aseguró que el éxito de la operación de las empresas o parques empresariales fuera del Valle Central depende de la disponibilidad de recurso humano capacitado, especialmente en carreras técnicas e ingenierías, y con dominio de un segundo idioma.