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Zonas eminentemente cafetaleras y con terrenos de fuerte pendiente, como Guadalupe de Tarrazú, sufrieron con las lluvias del 2010. | ARCHIVO (Rafael PACHECO GRANADOS )
Cafetaleros, lecheros, horticultores y otros productores iniciaron ya la preparación, junto con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), para afrontar un inminente aumento de las lluvias.
Las medidas se toman ante el anuncio de la reactivación del fenómeno La Niña, que causa un enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial y lluvias en su faja costera. En Costa Rica afecta hasta el Valle Central.
El agro recibe el anuncio con el recuerdo fresco del efecto de las intensas lluvias del 2011, especialmente con el paso de las tormentas
El último informe del MAG detalló que las inundaciones por esas dos tormentas dejaron pérdidas por ¢27.300 millones.
La alerta sobre este tema la dio la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SE-CAC), basada en pronóstico de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, siglas en inglés).
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) prefirió ayer no referirse al tema. Werner Stoltz, jefe de pronósticos del IMN, argumentó que preparan un informe especial para estos días y que no podía adelantar la información.
Esa zona fue una de las más perjudicadas con las lluvias del año pasado. Se presentaron fuertes pérdidas en hortalizas, en ganadería de leche y en café, en Los Santos.
Ronald Peters, director ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), explicó que se ha preparado a los cafetaleros para fumigar y dar mantenimiento a las plantas como prevención contra el hongo del ojo de gallo.
Esa enfermedad se fortalece con las lluvias y causa grandes pérdidas de grano y de follaje de la planta. Por eso, debilita al cafetal que cosechará menos al año siguiente.
El presidente de la Cámara Nacional de Productores de Leche, Jorge Manuel González, mostró su preocupación si efectivamente se presentan de nuevo condiciones de La Niña, en el país.
Recordó que el año pasado se bajó la producción entre 5% y 10%, pese a que el impacto no fue tan grande porque se distribuyó en solo algunas de las zonas.
El exceso de lluvia inunda los potreros, lo cual suaviza el pasto. El paso de los animales, además, contribuye a su destrucción, lo que deja a los animales sin alimento.
Eso baja la producción de las vacas y exige más inversiones en suplementos alimenticios, como pacas de heno y melaza.
El paso de las lluvias del año pasado dañó decenas de hectáreas de lechuga, culantro, apio y otras hortalizas de hoja, especialmente en la parte baja de Cartago, en el cantón de El Guarco.
Los representantes de los productores consideran que las inversiones realizadas para salir de la emergencia del 2010 ayudarán a paliar la situación de este año, si eventualmente se presenta.
Igualmente, sucede con los caminos vecinales, que se mejoraron tras las lluvias del 2010.
