Gloria Abraham Peralta no es agrónoma, es socióloga y cursó un doctorado con énfasis en Economía del Desarrollo en la Universidad de Toulouse, en Francia.
Aun así, aceptó ser la primera mujer que asume el puesto de ministra de Agricultura y Ganadería (MAG) en el país.
Se metió en un mundo dominado por el sector masculino y se rodeó de otras mujeres para realizar su labor, dos viceministras: Tania López y Xinia Chaves; una directora del Servicio Fitosanitario del Estado, Magda González, y una directora del Servicio Nacional de Salud Animal, Ligia Quirós.
“En mi caso, 20 años de vida profesional y trabajo en el análisis de las políticas agrícolas, reformas e instrumentación de ministerios de toda América Latina me respaldan para asumir este cargo”, recalcó Abraham.
La funcionaria se desempeñó todo ese tiempo en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y en el Banco Mundial.
Quizá por eso está hoy al frente de un Ministerio al que llamó “una colcha de retazos, porque el sector agropecuario tiene muchas estructuras autónomas, pero todas dependen del MAG”.
Su primer paso, dijo, es plantear con claridad a los funcionarios, muchos con “tantos años” de trabajar en el MAG, una agenda que no es del despacho, sino que requiere del quehacer colectivo de la entidad.
Defiende los aportes de sus antecesores, pero reconoce que “en algunos casos la ausencia de perspectiva o definición de política a largo plazo generó sensación de que el cambio no fue suficiente”. Ella da ahora sus primeros pasos. Asegura que caminará por su despacho durante todos los cuatro años de esta administración, pese que hasta cuatro ministros han pasado por ahí en un solo gobierno.