Los precios de las hortalizas presentan alzas y bajas en las últimas semanas, porque su oferta se afectó por el impacto de los aguaceros de finales de setiembre y octubre.
La coliflor, por ejemplo, estaba en ¢425 por unidad a inicios de junio, subió a ¢550 el 11 de setiembre, y el fin de semana pasado se cotizó a ¢525, según la lista de precios sugeridos para las ferias del agricultor.
Esta lista la confecciona el Consejo Nacional de Producción (CNP) y es un promedio de las cotizaciones en finca (al productor), en el Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Cenada), en el mercado Borbón (San José) y en algunos supermercados.
Según esa fuente, cada unidad de remolacha estaba en ¢200 el 5 de junio, subió a ¢375 el 23 de octubre, y mantuvo ese precio para las ferias del 30 y 31 de octubre.
El kilo de zanahoria estaba en ¢325 el 5 de junio; subió hasta los ¢625 el 24 de julio y se cotizó a ¢460 este 30 y 31 de octubre.
La papa, el tomate y las lechugas son también ejemplos de fluctuaciones de diferente rango entre junio y el fin de semana pasado.
Sin embargo, Geovanny Masís, presidente de la Corporación Hortícola Nacional, no cantó victoria, pues dijo que otro cambio eventual en el patrón de las lluvias puede afectar de nuevo la disponibilidad de esos productos en los mercados internos.
Masís recordó que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) había pronosticado la posibilidad de aguaceros hasta noviembre.
La mayoría de los productos hortícolas son de ciclo corto de producción. Se obtienen desde la siembra a la cosecha entre un mes (hortalizas de hoja como culantro y lechugas) y tres meses (papa y cebolla), lo cual facilita una recuperación rápida de la oferta luego de impactos por el clima.
El dirigente de los horticultores consideró normal, por lo tanto, que se presenten fluctuaciones en los precios, muy ligados a los cambios de patrón en el tiempo.
Masís dijo que en la parte alta de Cartago, de donde proviene el 80% de la producción de hortalizas, el patrón del tiempo cambió hace prácticamente un mes y desde hace 15 días casi no llueve.
Estos productos se utilizan mucho en las comidas de las festividades, entre ellas los tamales y las ensaladas, lo cual eleva fuertemente la demanda.
Este comportamiento estacional, que además es histórico, presiona los precios y se presentan fuertes incrementos en fin de año.
Una buena oferta que se podría tener este año, de mantenerse el buen patrón del tiempo, aliviaría un poco las alzas tradicionales de la época de fin de año.
La Corporación Hortícola, empero, no quiere hacer pronósticos al respecto hasta no tener claridad acerca del comportamiento de la siembra en todas las zonas. Las regiones de Zarcero y Guanacaste son otros proveedores.