La aprobación a la reforma de la ley de zonas franca, a finales diciembre del 2009 y que entró en vigencia a finales de enero pasado, se convirtió en un imán para la atracción de inversiones en el área de los dispositivos médicos.
Una muestra del impacto de esta reforma se dio este mes, cuando dos gigantes del sector (St. Jude Medical y Abbott) anunciaron inversiones por más de $700 millones, en buena parte motivadas por esta ley de zonas francas, aseguraron altos ejecutivos de las empresas.
“Cuando St. Jude Medical empezó a valorar la inversión en Costa Rica, la nueva ley de zonas francas no estaba aprobada; sin embargo, el Gobierno (anterior) fue firme en su compromiso con la pronta aprobación de la misma”, indicó Javier Gómez, gerente general de la empresa.
Añadió: “La aprobación de la ley fue vista con muy buenos ojos por St Jude Medical (...) La empresa es parte de este régimen de zona franca al día de hoy y goza de todos sus beneficios”.
St. Jude Medical recién inauguró su planta en la zona franca Coyol, en Alajuela, y Abbott lo hará en el 2012, también allí.
La primera consecuencia positiva es que las empresas nuevas o las ya instaladas aquí tienen mayor certeza jurídica a la hora de invertir, aseguró Gabriela Llobet, directora ejecutiva de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
Con ella coincidió Chéster Zelaya, gerente general de Baxter, la primera empresa del sector de dispositivos médicos que se instaló aquí. “La aprobación de ley de zonas francas vino a renovar el optimismo del sector por lo que viene en el futuro. Esto aunado a las habilidades demostradas por el personal del país se convierten en grandes atractivos”, indicó.
Y este ‘atractivo’ tiene sus resultados: el sector de zonas francas da trabajo a más de 50.000 personas; de ellas, 9.400 laboran en las 31 empresas de dispositivos médicos que se instalaron dentro del marco de zona franca.
Cifras recientes de Cinde indican que en los últimos cinco años el sector ha invertido $710 millones. Esto es un 40% del total reportado en ese lapso por zonas francas como inversión extranjera directa.
Aquellas instaladas fuera de la GAMA no pagan porcentajes de sus utilidades de renta durante los primeros 6 años.
Luego deberán pagar un 5% durante los otros 6 años y un 15% en los siguientes 6 años. Fuera de la GAMA, la inversión mínima en zonas francas es de $100.000.
Finalmente, con la reforma se insta a las universidades públicas y al INA a la aplicación de ofertas académicas que respondan a las necesidades técnico-profesionales de las empresas de zonas francas.