En el 2009, el Gobierno pidió prestado ¢415.000 millones que usó para pagar salarios, pensiones y otros gastos corrientes.
Dicho monto representó un 15% de todos los gastos corrientes del Gobierno en ese año, según publicó la Contraloría General de la República en su memoria anual, el 1.° de mayo.
Esta situación contraviene el artículo 6 de la Ley de Administración Financiera y Presupuestos Públicos
El objetivo de la norma es que el Gobierno solo se endeude para realizar gastos de inversión, como calles y escuelas, que son erogaciones que permitirán al país mejorar sus ingresos en el futuro para pagar las deudas actuales.
No obstante, si se piden préstamos para pagar gastos corrientes no se generan los ingresos futuros para pagar los préstamos, por ello el principio es que este tipo de gasto debe pagarse con ingresos corrientes, que provienen principalmente de los impuestos.
“Esto equivale a heredar a próximas generaciones el pago de intereses y dejarles menos recursos para gastos públicos prioritarios”, comentó el exministro de Hacienda, Thelmo Vargas.
“El financiamiento de gastos corrientes con endeudamiento incide en el crecimiento de la deuda pública, restringiendo el margen de acción del Estado para la atención de las necesidades públicas, y si excede ciertos niveles convierte en insostenible la situación fiscal en el largo plazo”, advirtió la Contraloría General de la República en su memoria anual.
Para el presente año, la situación va por el mismo camino pues en el presupuesto del 2010 se prevé financiar un 18,7% de los gastos corrientes con préstamos.
El nuevo ministro de Hacienda, Fernando Herrero, reconoce que “no es asunto deseable”, pero argumenta que es una situación temporal debido a la crisis.
“Lo que hay que tener claro es que esto es un asunto transitorio y que tenemos que volver a sanear la Hacienda y que el financiamiento del gasto corriente sea hecho todo con ingresos corrientes”, señaló el jerarca en una entrevista con este diario el 14 de abril pasado.
Herrero añadió que volver a financiar gastos corrientes con ingresos corrientes será un proceso gradual que se dará conforme se reduzca el déficit.
Vargas, por su parte, considera que “el Gobierno debe congelar una gran cantidad de gasto público, por ejemplo, sueldos y transferencias a universidades”.