Y los próximos meses podrían ser incluso mucho más difíciles para el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, conminado a reformar la legislación laboral, pese a la amenaza de una huelga general planteada por los sindicatos, incluyendo el de su partido, la UGT.
Aunque por ahora no parece que corra peligro su Gobierno minoritario, Rodríguez Zapatero ha encarado ya graves obstáculos.
Su plan de austeridad fue aprobado el jueves en el parlamento por un solo voto y la agencia de clasificación de riesgos Fitch Ratings redujo el viernes la calidad de la deuda soberana española un escalón, de AAA a AA plus.
Un sondeo publicado el sábado por el barcelonés
El plan de austeridad, que aspira a reducir el gasto público en $18.400 millones en dos años, congeló las pensiones de los jubilados y redujo el sueldo de los funcionarios públicos.
Algo paradójico para un país que hasta hace dos años fue la mayor potencia europea en la creación de empleo. El desempleo ha pasado de 1,76 millones de personas en el segundo trimestre del 2007 a 4,6 millones en el primero del 2010, y más del 40% de los españoles menores de 25 años están en el paro.
Los sindicatos, no obstante, advirtieron que si el Gobierno insiste en reformar el mercado laboral sin la venia gremial, pedirán a sus miembros que autoricen una huelga general que podría paralizar el país y afectar la estabilidad de los mercados internacionales.
El diario madrileño
“El Gobierno socialista se encuentra acorralado”, insistió el diario en su edición sabatina.
Tras obtener un segundo mandato en el 2008, Rodríguez Zapatero intentó paliar la crisis mediante gastos masivos del erario, pero la magnitud de la recesión internacional ha producido ocho trimestres de contracción económica.
A fines de abril, la agencia de clasificación de riesgos Standard & Poors redujo la calidad de la deuda española a AA, por considerar que al Gobierno socialista le resultará muy difícil reducir el déficit que el año pasado equivalía al 11,2% del producto interno bruto.
Ante este golpe de la realidad, el Gobierno modificó el viernes su pronóstico del PIB y reconoció que, aunque la economía se contraerá un 0,3% en el 2010, solo alcanzaría un 1,3% en el 2011 frente al 1,8% previamente pronosticado, siendo en el 2013 del 2,7% en lugar del 3,1%. El ajuste perjudicará la creación de empleo y el ritmo del crecimiento, reconoció